Alfa empieza de cero tras el “accidente” ante el Huesca
El futbolista, que vive en Barcelona con su novia, acabó “triste” el duelo pero piensa en dar su nivel después de su actuación el pasado viernes.
Cabizbajo por su actuación ante el Huesca, en la que no dio una a derechas en un contexto de partido quizás poco propicio, Alfa Semedo salió del estadio acompañado de su novia, con la que vive en Barcelona en un piso que le ha gestionado el Espanyol, y con su representante Adilé Sebastiäo, quien lo descubrió en la Academia Fidjus di Bideras. El mediocentro estaba en ese momento “triste” y “sorprendido” por una actuación que califica de “accidente”, y su pensamiento se focalizó en demostrar cuanto antes que no era el jugador del viernes. Al día siguiente, sus compañeros le enviaron mensajes de móvil animándolo.
“Alfa es un chico muy fuerte mentalmente, ha tenido dificultades y ha salido adelante”, explica Sebastiäo: “Alfa tuvo una infancia difícil porque los padres se separaron cuando él era pequeño: el padre se marchó a Portugal y se quedó cargo uno de sus tíos. Alfa tiene ocho hermanos, él es uno de los mayores, y desde pequeño luchó por su sueño. Entrenábamos a las 7:00 y vivía a diez kilómetros del campo: nunca llegó tarde a un entrenamiento. O lo traían unos amigos o venía él caminando”.
Ahora, y después de haber dado el salto a Europa, el jugador ha cambiado la vida de la familia, que vive con más comodidades. “Cuatro de sus hermanos irán ahora a Portugal a estudiar”, comentó el director de la Academia que ya ha logrado colocar a otros jugadores en el mercado europeo, y de hecho hay un jugador joven (de edad cadete) que vendrá a prueba al fútbol base del Espanyol.
Alfa es un apasionado de la música. “Siempre está bailando, sus compañeros ya lo habrán notado”, relata Sebastiäo, quien explica como el guineano está encantado con la ciudad, con la estructura del club y con el buen ambiente que se ha encontrado en el vestuario. De hecho, después del encuentro y durante la semana, la plantilla y el propio entrenador reconocieron que la actuación de Alfa fue discreta, pero que era un jugador joven y había que entenderlo. No obstante, solo le quedan 13 partidos en su corto periplo en el Espanyol. Un tiempo que el guineano quiere aprovechar para “ayudar al equipo, devolverle la confianza al club y poder demostrar que es mejor jugador. Quiere ser útil”. El guineano vuelve a empezar de cero.