Otro fichaje para Simeone: Costa
Se ha entrenado con el grupo toda la semana y apunta que regresará en Vallecas. Simeone lo decía hace semanas: "El fichaje, en febrero". El de Lagarto.
Hace semanas, antes de que el mercado invernal se abriera y a Simeone le preguntaban al respecto, en su boca, una palabra: "Febrero". Ahí esperaba el entrenador del Atlético de Madrid el fichaje, cuando enero, tiempo para las incorporaciones, hubiera terminado. Porque su fichaje ya lo tenía en la plantilla sólo que lejos, en Brasil, en la primera parte de la recuperación de una operación que allí se le había realizado el 5 de diciembre para extraerle un tornillo de diez años antes, en el quinto metatarsiano del pie derecho, que había empezado a dolerle en cada pisada. Diego Costa. Y, claro, eso se notaba. Sólo había que mirar su cuenta de goles: uno al Barça cuando cumplía nueve meses sin gol en Liga, otro al Mónaco en la Champions y los dos al Madrid en la Supercopa de Europa. Hasta la fiera parecía amansada. Y es que dócil y Costa siempre fueron dos palabras que nunca pegaron.
Su intención era llegar al derbi ante el Real Madrid del pasado sábado. Parece que no lo cumplió por poco, por días. Ha sido en la semana que ha comenzado justo después del partido cuando Costa ha regresado con el grupo. Si a mediados de enero el recuperador Óscar Pitillas le decía en un entrenamiento en solitario: "¡Quiero ver tu pisada completa!", a mediados de febrero ya se lo puede decir directamente Simeone. Ya está con todos los demás, al mismo ritmo. Puede tener minutos ante el Rayo pensando en la Juventus. Es su fichaje.
En la cabeza puede tener lo que pasó tras su último regreso, cuando pudo volver a ponerse la camiseta del Atlético, meses después de entrenarse en solitario, a la espera de que abriera el mercado de fichajes en enero de 2018 y el club pudiera inscribirle: había terminado la sanción FIFA de dos ventanas de mercado sin fichar. Y Costa volvió como toro que sale del toril, con todas las ganas. Su primer partido fue en Copa del Rey, con un gol, una tangana y una casi pelea, como si nunca se hubiera marchado. El segundo, otro gol y una roja, por celebrar con la grada cuando ya tenía amarilla. Los números de todos mejoraron. Griezmann empezó a decidir quedarse. Las lesiones, sin embargo, empezaron a perseguir. Costa no acababa de ser Costa. Simeone espera que ahora sí. En febrero, ese mes fijado en su calendario de la temporada para el fichaje.
