Casillas y Adrián arruinan la fiesta de Zaniolo en Roma
El joven mediocampista del Roma protagonizó un doblete, pero el delantero y el portero del Oporto mantuvieron abierta la eliminatoria con un gol y buenas paradas, respectivamente.
Si con 19 años, en la misma temporada, te estrenas con el Roma en el Bernabéu y marcas un doblete en el primer octavos de final de Champions de tu vida, convirtiéndote en el italiano más joven en conseguirlo, tienes algo en tu destino. Nicoló Zaniolo es el futuro del Calcio y ante el Oporto lo confirmó: eso sí, un inesperado gol de Adrián dejó la eliminatoria totalmente abierta. Primera parte igualada, la fuerte presión de los lusos complicaba la construcción del juego giallorossa. Hubo una mano de Pepe, que el VAR certificó involuntaria y fuera del área con un ‘silent check’, mientras que la mejor jugada la protagonizó Dzeko, que controló un pase largo de Fazio y remató a puerta, encontrando a Casillas y al palo. El exmadridista, en su partido 174 de Champions, celebró el récord de haber disputado 19 octavos de final (nadie como él) con una impresionante actuación. El guardameta mantuvo su portería a cero en el primer tramo de la segunda mitad, cuando los locales empujaron fuerte y volvieron a darle trabajo con dos latigazos de Cristante y Pellegrini. Hasta que apareció Zaniolo: el talento italiano, olvidado por Telles en plena área, abrió la lata con un derechazo cruzado en el 70’y, siete minutos después, empujó en la portería un remate al palo de Dzeko, que también le había cedido el balón del 1-0.
El Olímpico había olvidado las polémicas de las últimas semanas, pero la fiesta no duró ni 120 segundos: con algo de suerte, el recién entrado Adrián recibió un mal disparo de Tiquinho y batió a Mirante. El Oporto volvió a ver la luz en su peor momento y en los diez minutos finales hasta hizo sufrir a sus rivales que, sin embargo, tuvieron la ocasión para el 3-1 con un contragolpe. Ahí también Casillas dio la cara, literalmente, deteniendo un potente disparo de Kolarov y quedando aturdido. Fue la última emoción de un gran partido: todo se decidirá en el Estadio do Dragao
