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BARCELONA

Malcom y la tentación china

El Clásico ha aumentado la cotización del brasileño y el Guangzhou, que extendió la idea de que haría una oferta de 50 millones, tiene de plazo hasta el 28 de febrero.

Malcom.
Malcom.Andreu DalmauEFE

Malcom, jugador emotivo de 21 años, de altos y bajos que no toma las mejores decisiones en un buen puñado de jugadas pero que alborota partidos, viene de tener una actuación ruidosa en el Clásico. Fue un dolor de la cabeza para Marcelo y, aunque le falta mucha finura y cierto talento para decidir en momentos, marcó el gol que mantiene vivo al Barça en la eliminatoria y agitó el Camp Nou con su juego animoso y su pasión. Aunque tal vez no lo tenga en las botas, él siempre piensa que puede pasar algo.

La dimensión del partido y el sorpresivo protagonismo de Malcom en el mismo le han devuelto a la escena. No está siendo un año fácil para el ex jugador del Girondins, que llegó con la etiqueta de primera apuesta de Abidal y como robo inteligente a la Roma de Monchi y se ha convertido en suplente habitual. Tanto, que sus agentes se movieron desde después de Navidad. Se especuló con interés de equipos como Everton o Tottenham pero quien de verdad mostró interés en el jugador fue el Guangzhou Evergrande. Los chinos incluso dieron señales de vida amagando con una oferta de 50 millones de euros que no llegó. Al menos, de momento.

El mercado en China cierra el 28 de febrero, tiempo suficiente para que el jugador salga si es que el Guangzhou reactiva la operación. Sin embargo, no parece esa la intención del jugador, que incluso en momentos más bajos ha reiterado su idea de seguir jugando en el Barça. Con 21 años, seguro que pensará que para eso ya habrá tiempo. Además, las molestias de Messi, la lesión de Dembélé, el mal momento de Coutinho y el cansancio de Suárez le abren ahora ciertas puertas. También su habilidad para hacer goles en momentos importantes (Inter, Madrid). Eso sí, de momento, y pese a que sea su primera temporada, no ha dado la sensación de ser un jugador con la jerarquía necesaria para triunfar en el Barça. Voluntad, eso sí, no puede decirse que le esté faltando.