Los goles de estrategia le han costado diez puntos al Rayo

El Rayo tiene una asignatura pendiente este curso con las jugadas de estrategia. De sus 38 goles en contra, once (un 29% del total) han llegado en este tipo de acciones, por lo que el equipo franjirrojo se convierte en el que más encaja así de nuestra Liga. Un campeonato muy igualado, en el que cada punto es un mundo. De ahí la importancia de todos los que el cuadro vallecano se ha ido dejando por el camino, ya que los goles de estrategia le han costado diez puntos al Rayo. Una renta que no sólo lo sacaría del descenso, sino que lo auparía hasta la quinta posición, en puestos europeos.

Los de Míchel son, junto al Espanyol, quienes más tantos reciben de córner, siete. Así encajaron frente a Sevilla, Atlético, Espanyol, Valencia, Celta y Leganés. En este último duelo por partida doble, puesto que las dos dianas pepineras tuvieron su origen en dos saques de esquina. Ya en la primera vuelta, el conjunto blanquiazul marcó el gol de triunfo tras un saque de banda, aunque no fue el único que el Rayo recibió de esta manera, también lo hizo contra el Barça. Otros dos encajó de remates de falta en los encuentros contra Alavés y Real Sociedad.

Si en lugar de hablar de jugadas de estrategia, lo hacemos del balón parado, el Rayo habría perdido un punto más (once). Los franjirrojos han encajado tres goles de penalti, en los choques ante Girona (2-1), Betis (2-0) y Celta (4-2). Sólo frente a los catalanes hubieran rascado algo positivo de no haber existido ese lanzamiento desde los once metros. No obstante, también el Rayo ha marcado dos tantos de estrategia: aquel de córner al Girona y ese de falta directa al Celta. Ya serían cinco si lo ampliamos al balón parado, puesto que tres dianas fueron de penalti: Sevilla, Espanyol y Real Sociedad. En estos dos últimos partidos, la pena máxima permitió a los vallecanos sumar dos puntos.

"La primera parte fue muy mala en todos los sentidos: hubo mucha precipitación, malos pases, poca continuidad en el juego... El gol vino a balón parado, pero las sensaciones eran muy malas. Cambiamos en el descanso, parecía que teníamos más la pelota, pero el Leganés defendía bien. El empate nos mete en el partido, pero el rival tiene mucha altura y nosotros habíamos quitado a gente alta. Hay que competir mejor estas acciones, está claro. Dos goles a balón parado hacen mucho daño. Debemos seguir trabajando en ese sentido. La sensación de jugar mal me deja muy tocado", confesó Míchel en rueda de prensa tras la derrota (1-2) en el derbi.