Colombia desactiva a Rodrygo y Brasil inicia mal el Hexagonal
El madridista apenas tuvo oportunidades, sólo una falta directa. La 'canarinha', muy rácana, volvió a ser salvada por su portero, Phelipe. Le quedan cuatro partidos más.
A Brasil se le neutraliza en este Sudamericano Sub-20 desactivando al madridista Rodrygo y se le tumba pasando por encima del portero Phelipe. No hay misterio.
Colombia lo sabía y lo aplicó en el 0-0 con el que empezaron ambos equipos el Hexagonal final. Mismo resultado que en el partido de la fase de grupos. En resumen, 180 minutos de poco fútbol en el que se aplicaron las premisas que buscaba la selección cafetera. Rodrygo apenas recibió pelotas jugables y lo poco que se llegó a la portería brasileña lo sacó Phelipe, muy seguro.
Los colombianos Tolosa y Angulo fueron lo mejor de la primera parte, en la que no hubo noticias de la canarinha. La constante no se alteró en la segunda. Es más, Dilan Ortiz tuvo la mejor ocasión del partido en el 49’ pero Phelipe resistió, no se venció y pudo sacar el remate del tosco delantero cafetero. Rodrygo lo intentaba desde la izquierda y entrando por el centro, cuando Carlos Amadeu quitó al nueve brasileño (Lincoln) para meter un mediapunta (Igor). Si había dudas del planteamiento rácano brasileño, su seleccionador casi lo anunciaba por megafonía.
La ocasión más clara de Brasil no apareció hasta el 57’ en una subida a lo Ramos del central Vitao. Eso animó a la verdeamarelha y Rodrygo se asomó a la portería de Kevin Mier dos minutos después con una falta en buenísima posición que se fue alta por un palmo. Pero ni rastro del toque que caracteriza a Brasil. Sólo hubo un par más de ocasiones, de Toró e Igor, a trompicones. Esto es la Brasil Sub-20. Si el rival cierra la puerta a Rodrygo, es un páramo. Brasil sólo ha metido tres goles en cinco partidos de este Sudamericano, dos obra del madridista...
Un inicio decepcionante de Brasil en un torneo que no gana desde 2011 y en el que tiene otras cuatro balas (el Hexagonal son seis equipos jugando entre sí) para intentar llevarse un título que no se está mereciendo.