Miguel Flaño: el niño que se convirtió en mito
Tras quince temporadas en el primer equipo, deja la elástica rojilla con 338 partidos oficiales a sus espaldas: 236 en Primera División, 77 en Segunda, 23 en Copa del Rey y 2 en la UEFA Europa League.
La mayoría de los niños quieren ser futbolistas de mayores y Miguel Flaño no era una excepción. Con siete años hizo las pruebas para Osasuna y lo cogieron. A partir de ahí, casi siempre acompañado de su hermano gemelo Javier, fue pasando por todas las categorías hasta llegar al primer equipo, con el que debutó a los 20 años, el 18 de septiembre de 2004, en un encuentro en El Sadar, ante el Betis, que se saldó con una victoria local. Tras quince temporadas en el primer equipo, deja la elástica rojilla con 338 partidos oficiales a sus espaldas: 236 en Primera División, 77 en Segunda, 23 en Copa del Rey y 2 en la UEFA Europa League. Y es que a lo largo de los 27 años que ha pertenecido al club rojillo, ha vivido situaciones de todo tipo. Momentos históricos, partidos europeos, ascensos, descensos, lesiones y en definitiva, el día a día de un jugador de un club humilde. Siempre ha mantenido sentirse un privilegiado por poder hacer lo que más le gusta, y hacerlo en su Osasuna. Es de los pocos futbolistas profesionales que podrá decir que, salvo los últimos meses, toda su carrera la desarrolló en el club que le vio crecer. Ha sido partícipe de los momentos más dulces del club rojillo y también los más duros. Siempre, en las buenas y en las malas, ha dado la cara y se ha puesto los galones de capitán cuando ha sido necesario.
Miguel Flaño ya es un mito de la historia de Osasuna. Es el quinto jugador con más partidos. Su carrera deportiva ha sido más bonita si cabe porque a excepción de entre los años 2009 y 2014, cuando a su gemelo Javier le tocó hacer maletas, han vivido la mayor parte de sus carreras deportivas juntos. Miguel le echaba de menos y en 2014, el fútbol les dio la oportunidad de volver a jugar juntos. Tan compenetrados estaban que en la temporada 2016-2017, ambos sufrieron una grave lesión de rodilla, rotura del ligamento cruzado, Javier en septiembre y Miguel en diciembre. No cabe duda de que los Flaño, los gemelos de Osasuna, como dos gotas de agua, a los que al principio cuesta distinguir, han dejado huella en el club. Javier, quien a día de hoy juega en el Logroñés, no podía faltar en la despedida de Miguel porque es parte de su carrera.
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