INTERNACIONAL
Bahréin insiste en la extradición de su exinternacional Al Araibi
Al Araibi acusó al jeque Salman bin Ebrahim al-Khalifa de discriminar a los seguidores de su rama del Islam, los chiítas. Al Araibi fue juzgado en rebeldía y condenado a diez años de prisión.
EI Reino de Bahréin insiste en la extradición de su exinternacional Hakeem Al Araibi, al que Australia concedió el estatus de refugiado político pero que fue detenido en Tailandia a reclamación del país árabe. Al Araibi acusó al jeque Salman bin Ebrahim al-Khalifa, musulmán sunita, presidente de la Confederación Asiática (AFC), vicepresidente de la FIFA y miembro de la familia real de Bahréin, de discriminar a los seguidores de su rama del Islam, los chiítas. Al Araibi fue juzgado en rebeldía y condenado a diez años de prisión.
El futbolista, que fue un destacado activista de la Primavera Árabe, permanece retenido en Bangkok desde el pasado 27 de noviembre cuando llegó a Tailandia para su luna de miel. El Gobierno de Australia ha pedido su liberación. También la FIFA y el sindicato mundial de futbolistas, FIFPro. Sin embargo, las autoridades de Bahréin insisten en reclamar a Al Araibi. Su ministro de Interior, Sheikh Rashid ibn Abdallah al-Khalifa, calificó ayer de "inaceptable" lo que definió como "interferencias externas en un asunto interno".
El problema ha salpicado al Número 2 de la FIFA, Salman bin Ebrahim al-Khalifa, quien está entre la extradición que pide su país y la postura de la FIFA, que exige la libertad inmediata de Al Araibi y su devolución a Australia, país en el que juega en el Pascoe, en Melbourne. La Confederación Asiática echó un cable al jeque Salman. Publicó un comunicado en el que dice que el vicepresidente de la FIFA ha dado un paso al costado "porque el asunto le genera un indudable conflicto de intereses". "El encargado de llevar el problema es el vicepresidente de la CAF, Praful Patel, y no el jeque Salman", puntualizó la organización. Según Patel, la AFC "está en contacto con la FIFA y las federaciones de fútbol de Bahréin, Tailandia y Australia", pero no pidió la liberación de Al Araibi.
La FIFA, por medio de su secretaria general, Fatma Samoura, sí que ha pedido claramente y por escrito la excarcelación inmediata de Hakeem Al Araibi. En la misma línea se han manifestado Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional, Kenneth Roth, director ejecutivo de Human Rights Watch, Kumi Naidoo, secretario general de Amnistía Internacional y Brendan Schwab, director ejecutivo de FIFPro, entre otros. El ex candidato a la presidencia de la FIFA, el príncipe jordano Ali bin Al-Hussein, que compitió contra Infantino y el jeque Salman en las elecciones de 2016, también ha apoyado al jugador: "¡Libertad para Hakeem!", escribió en su cuenta de Twitter.
Mientras, Al Araibi pidió ayer en una entrevista desde el centro de internamiento que no le devuelvan a su país, porque tiene miedo. "¿Por qué sigo preso? No me lleven a Bahréin" afirmó al The Sydney Morning Herald. "Juego al fútbol en Australia, pago impuestos en ese país y quiero formar una familia allí y no regresar a mi país de nacimiento. ¿Dónde están mis derechos humanos?", añadió.
El conflicto debería tener un desenlace en los próximos días. Infantino, el presidente de la FIFA, está en vilo. En junio se presentará a la reelección y el apoyo de las Confederaciones de Asia y África (101 votos en total) depende en gran parte del trabajo que le haga el jeque Salman.