EI estreno del Huesca en Anoeta como equipo de Primera provoca en San Sebastián una especie de nostalgia extraña (sigue el partido en directo en As.com) que inunda de recuerdo las horas previas a un partido que esconde una importancia mucho más grande de lo que a priori puede parecer. El equipo oscense está irremediablemente unido a alguno de los pequeños hitos más destacados de la última década.
Por ejemplo, con una visita del Huesca a Anoeta en Segunda se estrenó como goleador con el primer equipo de la Real Sociedad un tal Griezmann. Entonces era todo un desconocido. Pero ahí empezó todo para uno de los referentes del fútbol mundial en la actualidad. El Huesca fue su primera víctima. Y precisamente contra los oscenses debutó con el primer equipo realista un joven mediapunta del filial pelirrojo que llamaba la atención de todos los entrenadores de Zubieta. David Zurutuza se llamaba. De eso ha pasado una década, y hoy es el único jugador que queda en la plantilla txuri-urdin del último ascenso a Primera.
En todo ese tiempo, el Huesca ha ido creciendo poco a poco, con piedras en el camino, con caídas a Segunda B... hasta tocar el cielo. Diez años en los que los altoaragoneses han sabido caminar con pies de plomo para volver a Donostia como un equipo de élite que quiere mirar cara a cara a la Real, como hacía en Segunda. Pero este día le llega en una situación crítica. El fichaje de Enric Gallego, el goleador de la categoría de plata, les debe dar esa chispa en ataque que les ha penalizado hasta ahora. El estreno del Huesca en el feudo donostiarra en la cúspide amenaza la imbatibilidad de Imanol. Mucho en juego, aunque aún queda Liga. A aparcar la nostalgia.
