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ATLÉTICO DE MADRID

Carlos Isaac tumba a Unionistas y el Atleti B se dispara

Los de Óscar Fernández, segundos, ponen tierra de por medio con sus perseguidores. Un gol del defensa en el último minuto alimenta el sueño del filial.

Los jugadores del Atlético B felicitan a Carlos Isaac tras conseguir el 3-2.
CHEMA DIAZDIARIO AS

Un gol de Carlos Isaac en el último suspiro del partido permite al Atlético B continuar con su espectacular racha y sumar su sexta victoria consecutiva. Aunque para llegar hasta ahí el filial tuvo que lidiar con un equipo bien plantado que supo en todo momento cómo contrarrestar e incluso superar el fútbol de los madrileños. Pero este equipo está tocado por la varita y ahora mismo puede convertir en gol todo lo que toca con un rendimiento de algunos jugadores que justifica su inclusión habitual en las convocatorias del primer equipo.

Todo el partido en sí fue un toma y daca. Arrancó, como siempre, muy enchufado el Atleti que quiso sorprender enseguida con su velocidad. Sin embargo, Joaquín se topó con el palo y Pinchi con las manoplas de Molina. Entendieron el mensaje los visitantes que se soltaron ofensivamente para incordiar el área colchonera. En un magnífica jugada dentro del área De la Nava ponía el 0-1 con los rojiblancos pecando de pardillos. Con el gol se vinieron arriba los charros que tuvieron sus opciones a la contra aunque la ocasión más clara para cerrar la primera mitad fuera un mano a mano de Mollejo que envió fuera un balón con todas las opciones a favor.

Pero ganar en el Cerro se ha puesto muy caro. Nada más arrancar la segunda mitad, Darío hizo el empate aprovechando una estrategia a balón parado. Partido nuevo. Lo siguiente fue una maravilla futbolística. Madrileños y salmantinos se soltaron los complejos y se apretaron sin compasión generando peligro constante en cada acción. La pillería de Joaquín apañó un penalti muy dudoso que Darío no perdonó. No era ni justo, ni injusto, como tampoco el empate de Llano a menos de diez para final que ponía las tablas.

Fe hasta el final.

Ocurre que el Atleti cree, tiene una fe inquebrantable. Con el árbitro poniendo el silbato en la boca para pitar el final un saque de banda sin aparente peligro lo convierte Toni Moya en una joya, en una delicia, en una maravilla técnica que acaba con un pase magistral al centro del área donde aparece Carlos Isaac para desatar la locura. No hubo más, nada más sacar de centro acabó un duelo magnífico que no mereció perder nadie. Si ganó el filial sólo se explica desde lo intangible del fútbol, desde la fe, desde una fuerza extraordinaria que convierte ahora mismo al Atlético B en un EQUIPO con mayúsculas. Los colchoneros siguen segundos, con tres puntos ya de ventaja sobre sus perseguidores.