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FÚTBOL AFRICANO

Pyramids FC: el peculiar club que quiere revolucionar África

El fútbol africano se ha visto sacudido en los últimos meses por la llegada de un nuevo equipo que pretende cambiar el balompié del continente.

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Pyramids FC: el peculiar club que quiere revolucionar África

El fútbol africano se ha visto sacudido en los últimos meses por la llegada de un nuevo equipo que pretende cambiar el escenario en el que se encuentra actualmente el balompié del continente. El Pyramids FC egipcio ha roto todos los moldes en cuanto a gasto en traspasos y sueldos llegando a cifras que nunca antes se habían visto. La última incorporación que ha realizado ha sido la del atacante hispanoperuano Cristian Benavente, pagando seis millones de euros al Sporting Charleroi belga y tres millones al año al futbolista. Unas cotas que jamás se habían alcanzado.

Todo empieza en verano de 2018. Turki Al Sheikh, presidente de la Autoridad General de Entretenimiento, antiguo ministro de deportes de Arabia Saudí y amigo de Mohamad Bin Salman, príncipe de Arabia Saudí, compra un equipo de la liga egipcia, el Alassiouty. Había ascendido por primera vez en 2014 y no era más que un humilde del campeonato doméstico. La llegada de la inversión saudí lo cambia todo y el desembolso inicial fue de 40 millones de euros en fichajes y sueldos entre jugadores y miembros del staff. Entre esos técnicos contratados se encontraba el argentino Ricardo La Volpe. "Empecé como consultor. Después me tocó asumir como técnico porque Alberto Valentim se marchó. El objetivo que tiene a corto plazo es clasificar a la Champions africana. Más que ganar el campeonato, que es difícil en un año, es conseguir esa clasificación", cuenta el técnico a este periódico.

Turki Al Sheikh está detrás de que la Supercoppa de Italia se juegue en Arabia Saudí y de la cesión de jugadores saudíes a clubes de LaLiga, entre otras cosas. Su relación con el fútbol egipcio empieza cuando es nombrado presidente honorífico de Al Ahly, gigante nacional, que le pidió dinero por su grave crisis económica, y al que salvó de la quiebra aportando, según el propio Sheikh, 13 millones de euros. Los aficionados se enfadaron por la decisión del presidente honorífico de llevar a Ramón Díaz a Al Hilal (Arabia Saudí) y no a su equipo, tal y como se había especulado en la prensa, lo que llevó a que protestaran contra él y llegaran a insultarle durante el desarrollo de algunos partidos. Eso provocó su marcha de la presidencia honorífica y la reacción de comprar otro equipo del país para convertirlo en el más grande. De ese enfado nace el Pyramids FC.

Sobre Turki Al Sheikh se podrían escribir varias novelas. El ministro de deportes saudí es un hombre de actitud volátil, que toma decisiones controvertidas en poco tiempo y que, en la fecha de la elaboración de este reportaje, ha cambiado de entrenador tres veces en apenas siete meses de existencia. "Estuve con él tres o cuatro veces en reuniones. A primera vista notas su ímpetu, sus ganas... Él quería quedar primero o segundo para entrar a la Champions africana. Se reforzó muy bien, ha comprado muy buenos jugadores", comenta Ricardo La Volpe, que fue director deportivo y entrenador del Pyramids FC.

"Es un hombre de mucho dinero y quiere ganarlo todo con su club. Lo quiso hacer en el Al Ahly, pero aquí es todo más democrático, más organizado. En cambio, él lo mueve todo a golpe de talonario. Está pagando grandes cantidades por jugadores. Ocho millones en uno, seis en otro... La cartera al final cuenta", relata Martín Lasarte, que desde diciembre es entrenador del Al Ahly, el equipo más laureado de Egipto.

Cabe destacar que el Pyramids FC cambió de localización con su nacimiento. El equipo se mudó a El Cairo y adopta el Estadio 30 de Junio como su nueva casa. Esa modificación obligó a que, según BabaGol, portal referente para la información de fútbol en el norte de África, se “contrataran” aficionados para que asistieran a los partidos que disputaba el club de nueva creación. En Egipto no se permitía el acceso de aficionados a los campos de fútbol desde la tragedia en el estadio Port Said en 2012 que dejó 74 muertos, pero coincidiendo con la llegada del nuevo club, la ley se modificó y, por lo tanto, seis años después los hinchas pudieron regresar a las gradas en partidos del torneo doméstico.

Respecto a la política de fichajes que realiza el Pyramids, hay que recordar que ha hecho movimientos que no se habían visto en el fútbol africano nunca. Por ejemplo, los fichajes de jugadores brasileños: Keno (8,6 millones de euros, de Palmeiras), Carlos Eduardo (5,2 millones de euros, de Goiás, vendido a Palmeiras) o Rodriguinho (5 millones de euros de Corinthians, que no ha sido inscrito para la segunda parte del campeonato). También ha aprovechado para hacerse con talento local. Los egipcios Ahmed El Shenawy y Ali Gabr, hombres importantes de la liga y de la selección. Incluso Omar Khrbin, uno de los mejores jugadores asiáticos del momento, se ha incorporado al proyecto cedido desde Al Hilal. Recientemente se ha buscado aprovechar el talento sudamericano. En diciembre se sumó al proyecto Jhon Cifuente, atacante ecuatoriano que convirtió 37 goles con Universidad Católica de Ecuador y que, además, ha sido convocado ya por la selección. El último en llegar ha sido Cristian Benavente por seis millones de euros, siendo el segundo fichaje más caro del club.

"Nosotros tenemos una relativa posición económica, pero no una tan fuerte como Pyramids. Ser un club grande no se compra, eso se gana con el tiempo. Tenemos que demostrarlo en el campo, defender la camiseta. Me sorprende mucho la capacidad de absorción económica que tiene ese equipo. Estamos hablando de chicos que vienen con un gran rendimiento y a los que, además, es posible que les saquen rédito económico con una venta porque son jóvenes. Nosotros tenemos que acudir al fútbol egipcio, apenas podemos incorporar de Europa", cuenta a este periódico Martín Lasarte, entrenador del Al Ahly.

Las críticas no se han hecho esperar y, dentro del marco del fútbol egipcio, hay voces que no están de acuerdo con la política y la forma de actuar de Turki Al Sheikh y del Pyramids. En cambio, hay gente que está a favor y que aboga que el crecimiento de la liga se puede producir con inversión extranjera. En esa posición se encuentra Mido, uno de los futbolistas más recordados del país y que actualmente entrena en Arabia Saudí. “Imagina si hubiese cuatro o cinco inversores extranjeros o egipcios que diesen apoyo económico a los clubes. Se vería mejor fútbol, los campos estarían llenos. La liga egipcia lo merece”, publicó en su cuenta de Twitter. La controversia está servida.