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LAS PALMAS

El núcleo duro de la UD

Tras dejar atrás el deprimente año 2018, la Unión Deportiva, de la mano de su nuevo entrenador, empieza a rearmar el grupo de futbolistas con el que iniciar la remontada.

Cala, jugador de Las Palmas, en el encuentro contra el Oviedo.
CARLOS DIAZ RECIODIARIO AS

El nuevo entrenador de Las Palmas, Herrera, va conformando la lista de jugadores para mejorar la posición del equipo en la clasificación.

Portero: a Raúl Fernández no se le discute. Salvo cuando ha estado lesionado, Raúl Fernández es indiscutible. Primero con Manolo Jiménez y después, con Paco Herrera. El portero vasco, procedente del Levante, confirmó desde el principio los pronósticos que le daban la titularidad fija en el equipo. En una temporada de suspenso generalizado, es de los pocos futbolistas el equipo que se salva de la quema. Ordena desde la portería y alzó la voz cuando fue necesario, exigiendo públicamente compromiso a todo el vestuario cuando Las Palmas estaba tan tocada en Navidad. Los dos primeros partidos del año, en los que el equipo tan solo encajó un gol, refuerzan la apuesta de Herrera con él en la portería. Nauzet, primer fichaje del curso y suplente modélico, sigue esperando una oportunidad que parece no llegar.

Cala, el único fijo en la defensa. El defensa central sevillano fue uno de los fichajes más llamativos que hizo Las Palmas en verano. El sevillista, que después jugó en el Getafe y probó fortuna, que nunca obtuvo, en China, aterrizó en pretemporada como hombre de confianza de Manolo Jiménez. “Quien lo conozca, sabe que no le regala nada ni a su hijo”, dijo de su exentrenador tanto en el Sevilla como en Las Palmas. Su impacto fue total desde el primer día, puesto que fue nombrado capitán junto a David García, Momo y Dani Castellano. Tanto da que sea con Jiménez como con Herrera, Cala es el único indiscutible en defensa. Rotan todos menos él. Le acompañaron en el centro David García, Mantovani o Deivid, pero nadie le mueve. Su carácter contagia a todo el equipo cuando vienen mal dadas.

La remontada particular de Mantovani. El año 2019 debe ser el del resurgir tanto de Las Palmas como de muchos de sus futbolistas. Condenado al ostracismo primero por las lesiones, luego por falta de ritmo y siempre por la poca confianza del cuerpo técnico, Mantovani empieza dar que hablar. El defensa central argentino, tan llamativo su fichaje como el que más, se encuentra inmerso en su particular remontada. “Nuestros cuatro centrales han dado un paso adelante”, reconocía días atrás Toni Otero en Ser Las Palmas. El más firme ha sido, sin duda, Mantovani. Formando pareja con Cala, la UD echó el cerrojo en Majadahonda y ante el Osasuna en el EGC, los dos primeros partidos de 2019. Estuvo a punto de salir. “No hubiera aceptado irme cedido”, dijo en La Provincia. Herrera lo ve como un jugador fundamental.

Peñalba, el equilibrio que faltaba. Hombre de Paco Jémez, su principal valedor para que llegara a la Unión Deportiva en el pasado mercado invernal, Gabi Peñalba es ahora mismo un futbolista también imprescindible para Paco Jémez. Se lesionó en febrero contra el Sevilla, y desde entonces le estuvo martirizando una rodilla que le iba a tener sin jugar, como poco, hasta enero. Pero tanto se empeñó en acortar plazos que ya el 16 de diciembre estuvo convocado contra el Tenerife, como una semana después frente al Córdoba. Contra el Majadahonda y el Osasuna ya fue titular. Con él al lado, Timor, más liberado, vuelve por donde solía, y tanto los centrales como las laterales atacan más tranquilos. Les faltaba el equilibrio que ofrece Peñalba.

Buscando al Sergio Araujo de 2015. Pese a su declive coincidiendo con el regreso del equipo a Primera División, en Las Palmas mantienen una confianza ciega en las posibilidades de Araujo. Definido como “hombre de club” por sus jefes, Paco Herrera, otro de los héroes del ascenso de 2015, está en la misma sintonía. De hecho, siempre ha contado con él incluso cuando no había tridente, relegando a Rafa Mir al banquillo pese a su buen papel con la selección Sub-21. No jugó en Majadahonda por los trámites burocráticos relacionados con su visado, pero con apenas dos entrenamientos encima salió en la segunda parte contra Osasuna. Tampoco es que rote pues, en los nuevos planes de Herrera, Rubén tenía todas las papeletas de sentarse en el banquillo contra el Reus. En la UD siguen buscando al Araujo de 2015.