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REUS-LAS PALMAS

Las Palmas y los tres días de la infamia

Ayer se desplazó a Barcelona con la noticia de que jugaba contra el Reus, y al aterrizar le comunicaron lo contrario. Tuvo que volverse a Gran Canaria sin salir del aeropuerto.

Las Palmas y los tres días de la infamia
CARLOS DIAZ-RECIODIARIO AS

Como si fuera una trilogía al más puro estilo de las grandes sagas de cine de terror, los días 17, 18 y 19 de enero quedarán grabados a fuego para representar una de las mayores infamias que ha vivido el fútbol español en los últimos años. Por un lado, LaLiga; por el otro, la RFEF. Entre ambas instituciones, Reus y Las Palmas, el gran perjudicado de la semana. "No creía que esto pudiera pasar en el siglo XXI", afirmó desde el aeropuerto de El Prat uno de los capitanes del equipo, Juan Cala, a la emisora oficial de la Unión Deportiva. Pero pasó.

Todo se desencadena el jueves poco después de las 21.00 horas cuando se le comunica a Las Palmas, como también al Albacete, que no acuda a jugar su partido contra el Reus. Parecía incluso que la propia entidad grancanaria tenía intención de no viajar a Barcelona para después desplazarse por carretera a Reus, como así estaba programado desde hace semanas. Sin embargo, la RFEF no se pronuncia de manera oficial acerca de la suspensión del partido, por lo que la expedición amarilla se ve obligada a continuar con su plan de viaje previsto, que consistía en coger al avión a las 15.20 del viernes.

Así, entre noticias confusas de uno y otro lado, la UD se entrena, como estaba previsto, ayer a las 10.30 horas en el EGC. A las 12.00 tendría lugar la rueda de prensa de Paco Herrera, como así fue, y después, el traslado al aeropuerto. "Hemos preparado el partido de manera normal", afirmó el entrenador de Las Palmas. Fue en la propia terminal de Gando cuando el equipo, y el resto del fútbol español, por supuesto también el Reus, el otro protagonista de esta infamia, reciben la confirmación oficial por parte de la RFEF de que no se autoriza la suspensión del partido. Toca pues subirse el avión y encarar esta jornada como si nada hubiera pasado. Pero insistimos: estaba pasando.

"Aquí no hacemos nada"

Todo cambiaba en cuestión de horas, tal vez de minutos, acaso tras la cortina de una confusión continua y noticias nada esclarecedoras. La bomba estalla de nuevo coincidiendo con al aterrizaje del equipo en Barcelona sobre las 20.00 hora peninsular: el juez de LaLiga toma la decisión de suspender, de momento, todos los partidos del Reus. El caos, en pleno aeropuerto de El Prat, es total en la expedición de Las Palmas, que se ha quedado 'tirada' por hacer lo que debía hacer. Siendo justa y purgando los pecados de otros. Parecía que sí, pero al final es que no. La situación es tan absurda que la entidad grancanaria, sin ni siquiera salir del aeropuerto, tiene que volverse a Gran Canaria por donde ha venido. "Aquí no hacemos nada", repetía Miguel Ángel Ramírez, que viajó con el equipo, a la radio del club.

Para añadir más leña al fuego, protagonista involuntario y negativo de este desastre organizativo generado por Liga y Federación, Las Palmas se ve obligada, en un principio, a pernoctar en Barcelona, sin tener nada que hacer allí, ante la ausencia de billetes de avión para todos los desplazados. Sin embargo, las gestiones dan sus frutos y se anuncia que, finalmente, pudo contratar un vuelvo chárter que despegaría a las 02.00 horas. En esa eterna espera en El Prat, a las 23.15 es cuando finalmente Las Palmas comunica que la RFEF suspende cautelarmente un partido que ya todo el mundo sabía que no se iba a jugar. Surrealismo en su máxima expresión.

Hay que cambiar todo el plan de trabajo del fin de semana, que ahora consiste en un entrenamiento esta tarde a las 17.00 horas en el Estadio, y mañana otro a las 10.30 en Telde. El equipo aterrizó anoche a filo de las 5 de la mañana para darle lustre a los tres días de la infamia.