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REAL ZARAGOZA

"Sería un gravísimo error abandonar la prudencia"

Víctor Fernández asegura que la ambición no está reñida con la humildad y subraya que el Real Zaragoza aún está en una situación peligrosa y delicada.

Víctor Fernández.
ALFONSO REYES

—Papu no ha podido entrenar hoy. ¿Va a poder jugar el domingo?

—En un lance del partidillo de ayer se ocasionó unas molestias en la rodilla. Hoy no era un entrenamiento con una carga exigente y hemos preferido que no lo hiciera. Vamos a ver cómo se encuentra mañana. No hay que descartar absolutamente nada y yo espero que esté perfectamente, que pueda hacer el entrenamiento con normalidad y esté disponible, pero tampoco quiero adelantarme a nada y vamos a ver cómo reacciona esa rodilla.

—Sí que ha entrenado Raúl Guti, que ha estado toda la semana con anginas. ¿Cuenta con él?

—También es una incógnita porque ha tenido un proceso febril durante toda la semana. Hoy ha participado, pero el tipo de entrenamiento que hemos hecho no te permite medir el estado físico del jugador. Aparentemente ese proceso febril ha desaparecido y vamos a ver cómo viene mañana después del entrenamiento que ha hecho después de estar tantos días inactivo y con fiebre. Es una incógnita para el partido.

—Benito se recuperó a tiempo para el anterior partido, pero no jugó. ¿Está para noventa minutos?

—Está mucho mejor que la semana pasada. Ha entrenado muy bien, lo he visto mucho más fino y podría haber jugado perfectamente en Gijón, pero no estaba para noventa minutos y no me podía hipotecar ya varios cambios. Ahora ya está para noventa minutos y está evolucionando muy bien.

—Tras dos victorias consecutivas se ha desatado un poco el estado de euforia. ¿Es así también dentro del vestuario?

—Cometeríamos un gravísimo error si abandonáramos la prudencia y la humildad que nos ha caracterizado hasta ahora. La prudencia no va reñida con la ambición, pero hay que ser prudente porque aún estamos en una situación peligrosa y delicada. Hemos ganado dos partidos, hemos cambiado la inercia, somos un equipo al que ahora se nos identifica por jugar de una forma determinada, pero tenemos que seguir mirando de cerca. Debemos ir a cada partido con la aspiración legítima de ir a ganar y ser ambiciosos, pero todavía no se puede pensar en nada más.

—Todos los jugadores señalan que vuelven a tener confianza. ¿Le ha costado menos de lo que creía recuperar esa confianza?

—Los grandes artífices y protagonistas son ellos. Yo me veo en la responsabilidad de canalizar sus aptitudes, gestionar sus emociones e incorporar un modelo de juego y unos automatismos. Y para que se pueda desarrollar, el jugador debe tener confianza. Evidentemente, hay algo fundamental que nos ha ayudado a todos, que es haber conseguido dos triunfos. Esto te refuerza mucho en el aspecto anímico, te permite seguir con la alegría de intentar hacer nuevas cosas y por eso yo estoy feliz en ese aspecto. Insisto en que es muy importante que no tengan miedo a equivocarse y siempre lo intenten.

—Pero algún mérito tendrá usted en todo este cambio…

—Yo no soy artífice de nada. A mí el universo me ha puesto aquí con una misión; soy un vehículo transmisor de lo que tiene que ocurrir positivamente para esta ciudad y para este equipo y nada más. Intento hacer mi trabajo lo mejor posible y ningún técnico me va a ganar en cuanto a intención y deseo de que las cosas salgan bien y vivirlas con pasión y corazón. Con eso no basta, así que también hay que poner cabeza e ideas para canalizar las emociones y las condiciones técnicas de mis jugadores, pero los grandes protagonistas son los futbolistas. Los veo felices y vuelvo a decir una semana más que hemos entrenado muy muy bien. Estoy muy contento de cómo están evolucionando en los entrenamientos. Estoy un poco fastidiado porque ha habido contratiempos esta semana que me han provocado una cierta intranquilidad, pero eso es un problema personal mío y no del grupo. Forma parte de mi trabajo, pero respecto al día a día de los jugadores y de los entrenamientos no tengo ninguna queja y han vuelto a entrenar muy muy bien.

—Tras el partido contra el Sporting señaló que aún faltan cosas por mejorar. ¿Qué cosas espera ver ya mejoradas frente al Málaga?

—Tras el partido las podré analizar, valorar y manifestar si es necesario. Todos los equipos son susceptibles de mejorar y nosotros hacemos unas cosas bien, otras no tan bien y otras incluso no las hacemos. Estamos en ese camino de recuperación, de búsqueda y de correcciones y no nos podemos quedar solamente con el triunfo. Tal y como está configurada esta plantilla, yo tengo muy claro que necesitamos mucho volumen de juego para ganar los partidos. Y si no lo tenemos, nuestras opciones de ganar el encuentro van a disminuir considerablemente porque nosotros tenemos unas características y el resto de equipos otras. Por ejemplo, el Málaga es un equipo poderosísimo físicamente, muy fuertes, muy altos, que dominan muchas variantes de la estrategia, que tienen buenos cabeceadores… Nosotros, para ganar, necesitamos tener mucho volumen de juego y cada día más y ser más precisos, sincronizar mejor los movimientos y multiplicar más las funciones en el campo porque si no, no tenemos esas otras virtudes para sacar los partidos adelante.

—¿El Málaga puede verse afectado por la derrota del otro día contra el Reus?

—Si fuera un equipo inexperto, sin oficio, sin trayectoria a nivel individual y colectivo y sin un entrenador que lleva mil batallas a sus espalda, imagino que les podría hacer daño, pero es el equipo más poderoso económicamente de la categoría y siendo el equipo que es y los jugadores y el entrenador que tiene, son conscientes de que la temporada es muy larga y que siempre hay un resultado que te sorprende de una manera especial. Esta semana que nadie espere el Málaga de ese partido, sino el Málaga que había llegado hasta ese partido jugándose el liderato. Es decir, un equipo con muchas alternativas, con una plantilla profunda y con jugadores que vienen de Primera. Ése es el rival que nos vamos a encontrar, pero nosotros tenemos nuestras armas y vamos a salir a ganar con ambición y con nuestra propuesta.

—Apunta a que La Romareda va a presentar una de las mejores entradas de la temporada. ¿Qué le parece?

—Nosotros a la afición no le podemos pedir nada. Simplemente hay que darle las gracias y somos nosotros los que les debemos dar a ellos porque ellos nos van a acompañar hasta el final y van a empujar al máximo. Tener una buena trayectoria en cualquier competición pasa por hacerte muy fuerte en casa y ganar la mayoría de los puntos en casa. Después ya tendrás posibilidades de arañar algún partido como visitante. Por tanto, si nos hacemos fuertes en La Romareda, tendremos más posibilidades de salir más rápido de esa posición tan delicada que tenemos. La afición ya tuvo un comportamiento extraordinario frente al Extremadura y estoy convencido de que lo va a tener contra el Málaga y, por tanto, no hay que pedirles nada. Somos nosotros los que les tenemos que dar y les tenemos que dar mucho porque les debemos mucho.

—¿Por qué piensa que al Zaragoza le ha ido tan mal en casa en estos últimos años?

—La verdad es que no me he parado a pensar mucho en ese dato. No sé si es por el tipo de jugador, por el tipo de propuesta o porque La Romareda pesa, pero a mí me encanta que La Romareda pese. Los ganadores y la gente extraordinariamente competitiva tienen que vivir con ese tipo de presión y ambiente. Yo lo prefiero. ¿Alguna vez se te puede volver en tu contra? Quizás, pero tiene un efecto intimidador sobre el rival que uno tiene que aprovecharlo. Al menos, en las dos etapas anteriores que yo he vivido aquí como técnico, siempre ha sido un campo muy complicado para el rival y ahora no tendría que ser la excepción. Los profesionales debemos soportar esa presión y para mí ya es una satisfacción que el domingo vaya a haber más de 20.000 zaragocistas. Tenemos que jugar con eso y debemos gestionarlo positivamente.