El Lugo, con un enorme Juan Carlos, es el primer equipo que sale de Riazor sin encajar gol. Los de Monteagudo acabaron con nueve por las expulsiones de José Carlos y Dongou.
Deportivo y Lugo empataron a cero en Riazor.Jesus Sancho RodríguezDiario As
El Lugo llegaba a Riazor como el equipo menos batido de Segunda a domicilio y salió del estadio coruñés con su muralla todavía más reforzada. Los de Montegudo, que suman cuatro partidos sin perder, arrancaron un empate gracias a su gran defensa y un Juan Carlos espectacular, en especial en el tramo final. El resultado tiene mucho mérito, porque hasta ahora nadie había salido imbatido del feudo coruñés, y menos acabando con nueve jugadores. La conclusión para el Depor, que llegaba de caer 3-0 en Cádiz tras un pobre diciembre, es de cuesta abajo. De lenta caída al ver como su artillería, que tuvo claras oportunidades, comienza 2019 recibiendo el mismo carbón con el que despidió 2018.
La tarde ya comenzó con sorpresas en ambos onces, en especial en el de Natxo con la entrada de Carlos Fernández tras su lesión y la suplencia de Quique. Más habitual fue el guión inicial de un partido en Riazor, con el Deportivo dominando al rival y entrando con relativa fluidez por la banda izquierda. Mucho dominio, pero poco peligro para un Juan Carlos que veía como su defensa evitaba cualquier remate. Después de sufrir quince minutos, el Lugo se fue estirando y la sensación de riesgo cambió de área, en especial cuando combinaban Cristian Herrera y Escriche. Poco a poco la telaraña de Monteagudo se fue imponiendo hasta que llegó su primera fisura en el minuto 34, en el que Carles Gil le ganó la espalda a la muralla rojiblanca pero entre el poste y Juan Carlos evitaron un gol casi cantado. Y así se llegó al descanso, con un Deportivo que gozó de más del 70% de posesión pero que sólo le sirvió para crear una ocasión y media ante la pétrea y ordenada defensa albivermella.
La salida de los vestuarios fue frenética, con una clara ocasión de Borja Valle tras un error en la salida de balón lucense que desbarató Juan Carlos. Fue el primer aviso local de que el partido había cambiado de ritmo, de que el Depor se había dado cuenta que a la velocidad del primer tiempo casi no había manera de meterle mano al Lugo. Y poco después Carles Gil volvió a tener otra clarísima tras una asistencia de Saúl, pero el valenciano demostró de nuevo que el gol no es lo suyo. Y de nuevo, pasado el cuarto de hora, el Lugo volvió a desmelenarse. Primero Campillo tras un error de Dani Giménez, luego Kravets de un zapatazo desde 30 metros. Monteagudo, consciente de que el plan funcionaba, lo aumentó sacando a Cristian Herrera para reforzar más la media con Pita. Con lo que no contaba el técnico lucense era con la expulsión, justa sin duda, de José Carlos. Veinte minutos por delante para resistir. Y lo hizo de forma heroica con un Juan Carlos que realizó dos paradas estratosféricas a David Simón y Carlos. Para darle más mérito a la resistencia Donguo se autoexpulsó de forma infantil al ver dos amarillas en el 90’ y 91’, pero ni así cedió la muralla.
