Zidane y enero, principio y fin
El francés fue presentado en el primer mes de 2016 y dio inicio a la etapa reciente más gloriosa del Madrid. En enero de 2018 comenzó a madurar su adiós...
Enero ha marcado la historia reciente del Real Madrid. Hace tres años, en 2016, Zinedine Zidane se presentó en el Bernabéu como nuevo entrenador blanco e inició una etapa gloriosa en la que conquistó al frente del equipo nueve títulos de 13 posibles, entre ellos tres Champions consecutivas. Pero el idilio acabó el pasado verano con una dimisión que el marsellés empezó a madurar en enero del año pasado…
El 4 de enero de 2016, Florentino Pérez despidió a Rafa Benítez, sentenciado después del 0-4 del Barça en el Bernabéu, donde la afición clamó contra el palco: “¡Florentino, dimisión!”. El presidente decidió ascender a Zidane del Castilla para que cogiera los mandos del primer equipo, una maniobra defensiva para aliviar los apuros. El francés llegó en condiciones difíciles, con un equipo desnortado y deprimido (a cinco puntos del Barça y a cuatro del Atlético y eliminado de la Copa por el sainete de Cheryshev), pero supo ejercer de líder con cuerda larga, muy al estilo Del Bosque y Ancelotti. El vestuario, agobiado por las constantes órdenes de Benítez, se liberó con la llegada de Zizou. Poco a poco, con decisiones complicadas (sentó a James, fichaje millonario del presidente; convenció a Cristiano de que descansara; apostó por Casemiro…) fue encontrando su equipo y llenando las vitrinas del Bernabéu. En dos temporadas y media con el francés en el banquillo, el Madrid ganó nueve títulos de 13: tres Champions, una Liga, dos Mundiales de Clubes, dos Supercopas de Europa y una Supercopa de España. Se convirtió en el segundo entrenador con más trofeos en la historia del Real Madrid, sólo superado por Miguel Muñoz (14).
Pero el 31 de mayo de 2018, Zidane sorprendió al anunciar su dimisión a pesar de que aún le quedaban dos años de contrato y después de alzar su tercera Champions consecutiva. Esta decisión fue consecuencia de una temporada de altibajos deportivos y de desgaste de confianza con el club que comenzó a madurar… en enero. Fue en el inicio del primer mes de 2018, el 6 de enero, cuando se escenificó el primer gran pulso público entre el francés y la entidad a causa de la planificación deportiva de Florentino. El presidente se lanzó a fichar en aquel mercado invernal a Kepa Arrizabalaga, entonces portero del Athletic. Estaba dispuesto a pagar los 20 millones de la cláusula. Pero colisionó con Zidane. "Ahora no necesito un portero. Luego, en junio, si hay cambios…", respondió el técnico, con contundencia. El galo no quiso alterar la paz social del vestuario con la contratación de un portero en enero (respaldó públicamente a Keylor) y su opinión fue definitiva. 16 días después de aquellas declaraciones, Kepa renovó por el Athletic, que le subió la cláusula a 80 millones.
'El Pepinazo' en Copa, clave
La erosión provocada por aquel tira y afloja público aumentó con los disgustos deportivos. Sin opciones en la Liga, la eliminación de la Copa ante el Leganés (24 de enero) empezó a convencerle de que debía dar un paso al lado. El inesperado batacazo ("mi peor recuerdo", confesó en su conferencia de prensa de adiós) le alteró. Aquel día no se puso paños calientes ante los periodistas: "Esto es un fracaso para mí". El técnico conocía el descontento de Florentino con las actuaciones del equipo y ya había comenzado el runrún sobre su futuro. Tras caer 1-2 en el Bernabéu fue preguntado sobre si otra eliminación, esta vez en Europa ante el PSG, haría peligrar su puesto de trabajo. Y tampoco titubeó: "Claro, está clarísimo que sí". El 26 de enero emplazó a la Prensa a final de temporada: "Puedo firmar un contrato de diez años, pero no sirve; es el día a día y sigo con ilusión. En junio, veremos". Un día antes de comenzar ese mes de junio, Zidane dimitió poniendo fin a la etapa reciente más gloriosa del Real Madrid. Un desenlace que comenzó a escribirse en enero…