Olmo y Querol estudian no jugar contra el Málaga
El ambiente en el vestuario es insostenible por los impagos y la salida de jugadores por los problemas económicos. El central puede quedar libre el 8 de este mes.
El Reus regresa este miércoles al trabajo (15:30) con la intención de que 2019 traiga la calma a la entidad. Eso sí, es un deseo que se antoja complicado de cumplir porque el vestuario está harto y dolido con las salidas de Badía, Carbia, Vítor, Moore y Villanueva por los impagos y muchos jugadores están planteándose no viajar a Málaga para disputar el encuentro de Liga. En especial, Olmo y Querol. Son los dos últimos que han denunciado a la entidad y el central 'roig i negre' quedaría libre el próximo 8 de este mes si la entidad no le abona las últimas nóminas.
La situación dentro del vestuario es muy complicada y al técnico Xavi Bartolo le toca lidiar con ella. Debe levantar a un equipo hundido, es penúltimo con 17 puntos, y al que los problemas no le permiten competir con normalidad ni tranquilidad. Las palabras del máximo accionista del Reus, Joan Oliver, solo hicieron que avivar el fuego y, además, la venta del club se está eternizando. Las promesas que se le hicieron a los jugadores no se están cumpliendo y el dinero no llega. Eso sí, de momento cuenta con más de 11 jugadores con ficha del primer equipo y pueden competir en Segunda sin que el club sea sancionado. La implicación de los futbolistas hasta la fecha está siendo para remarcar y Borja Herrera escribió en su cuenta de Twitter que "no nos den por muertos, que aún nos queda mucha guerra por dar".
Al margen de ello, Fran Carbia, uno de los jugadores que quedaron liberados por los impagos, quiso despedirse de la afición 'roig i negre' a través de una carta en la que expuso que "llegué al Reus siendo un niño y me voy siendo un hombre (…) Llegué a un club familiar y sobre todo unido, pero esta última temporada se ha ido ensuciando todo y ha dejado de ser ese club en el que empecé muy ilusionado. Estos últimos meses posiblemente han sido los peores como jugador del Reus, psicológicamente he acabado desgastado y no encontraba esa felicidad llamada fútbol. Me cuesta muchísimo ver al Reus en esta situación: aficionados, trabajadores (cuerpo técnico) que están sin cobrar y han tenido que pasar unas horribles navidades, compañeros que están en un sitio donde ahora mismo es imposible ser feliz. (…) Ahora tocan nuevos retos y un nuevo destino, pero al 2019 me gustaría pedirle que no se apague la luz del Reus: ciudad, afición, jugadores y cuerpo técnico no merecen todo este sufrimiento por una gestión pésima".
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