Empate en Ipurua con el VAR como protagonista
El conjunto armero puso las tablas tras el tanto de Rodrigo con un penalti claro señalado casi dos minutos después.
Bajo la fría noche guipuzcoana, en un Ipurua repleto en sus tres gradas disponibles, el Eibar y el Valencia pugnaron por tres puntos en el último partido de los armeros delante de su afición este año. Un botín que para los locales se antojaban primordiales para romper la barrera psicológica de los 20 puntos, aunque eran más que vitales también para los ché para salir del agobio y de cara a sus aspiraciones europeas en otra temporada. Al final, tablas que no contentan a ninguno de ambos.
El encuentro comenzó frío, pero con dos conjuntos bien plantados sobre el terreno de juego. Los locales, echados adelante, pronto se hicieron con la posesión incomodando todo lo que pudieron a una defensa visitante bien colocada. Avisó Charles en el 8’ con un disparo casi sin ángulo desde la derecha que Neto tuvo que sacar a córner. Sin embargo, la reacción valencianista apenas se hizo esperar, con Cherysev como comandante.
El cuarto de hora inicial de partido trajo consigo una importante ruptura en el juego, con un Eibar atacando en estático en área rival y un Valencia que utilizó la contra como arma letal. Un objetivo que consiguió Rodrigo a los 29 minutos, rematando a placer un contraataque de libro. El primer tiempo finalizó con Marcelino obligado a realizar dos cambios por las lesiones de Paulista y Coquelín en el 42’ y 46’. Los ches desactivaron al cuadro azulgrana gracias a lo bien armado que estaba a nivel defensivo, pero les faltó continuidad.
La segunda mitad cobró más vistosidad, con un equipo armero que volvió a salir dispuesto a hacerse cuanto antes con la posesión y un Valencia que volvió a plantarse atrás. El VAR se convirtió en protagonista, con un penalti a favor del Eibar más de minuto y medio después de una mano de Gayà en el área del Valencia. Una acción clara que el árbitro no apreció en el directo, pero que sirvió a Charles para poner las tablas en el encuentro en el 56’. A partir de entonces, el Eibar pareció venirse arriba, a pesar de las insistencias por parte del rival de salir rápido. Cote mandó un balón al larguero tras una falta directa, pero el pescado estaba vendido. El VAR pudo intervenir en un par de ocasiones más y los valencianistas se sintieron perjudicados, pero lo que ocurrió entra dentro de la lógica y la mano de Gayà fue de libro; lo que no se entiende es que Marcelino se extrañase por un penalti de centro lateral ¿está prohibido pitar pena máxima en estos casos? Con tanta baja y las penalidades que soportó, el cuadro de Mestalla pudo merecer más.