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ESPANYOL-BARCELONA

Los 25 minutos que decantaron el derbi y hundieron al Espanyol

El equipo de Rubi recibió los dos primeros goles en ese tramo, donde solo tuvo un 31% de la posesión y únicamente dio 30 pases en campo contrario, casi todos ellos provinieron de los laterales.

Actualizado a
El Espanyol, protestando.
RODOLFO MOLINA

El Espanyol decepcionó en un derbi desigual desde el comienzo. Por planteamiento o por sometimiento del Barcelona, que jugó como si se tratara de un encuentro de Champions y contó con un Leo Messi determinante, el conjunto de Rubi perdió el encuentro en los primeros 25 minutos, cuando no logró hacer su juego ni quitarse la presión de los azulgrana. Los datos dejan claro que los blanquiazules se desnaturalizaron y no tuvieron prácticamente opción de hincarle el diento a su rival.

Hasta el minuto 26 de partido, cuando Dembélé anotó el 0-2 y el Espanyol se estiró y empezó a merodear el área azulgrana, los de Rubi apenas tuvieron un 31% de posesión por un 69% del conjunto de Ernesto Valverde, con tramos incluso del 10 al 25 de solo el 19% de posesión de media. Un Espanyol sin balón fue vulnerable. Hay otros guarismos que denotan que el equipo de Rubi apenas pudo pisar campo contrario. Únicamente dieron 30 pases en campo rival en los primeros 26 minutos, de los cuales más del 30% proceden de los laterales. Tanto Dídac Vilà como sobre Javi López fueron los que más tocaron el balón, por lo que jugadores como Marc Roca (solo dio un pase en ese tramo en campo rival) o Borja Iglesias (intervino en tres ocasiones) apenas participaron.

En ese franja, el Espanyol, como explicó Rubi en sala de prensa, alternó posiciones en defensa. En ocasiones se organizaban en un 4-4-2 y otras en un 4-1-4-1, con Óscar Melendo, Víctor Sánchez y Hernán Pérez intercambiaron las posiciones. Pese al aluvión de juego azulgrana, únicamente hubo tres lanzamientos a puerta en ese periodo, y dos de ellos acabaron en gol, otra muestra del acierto y la calidad azulgrana y de que el Espanyol, pese a estar lejos de su mejor versión, tampoco ofreció tantas facilidades en los remates, un punto a favor de un partido desdichado.

Después del 0-2, ya con el encuentro prácticamente decantado, el Espanyol fue más reconocible, aunque únicamente logró lanzar tres veces entre los tres palos y sus mejores ocasiones llegaron a balón parado. En el resto del encuentro tuvo más balón que los azulgrana, pero de una manera inocua, e incluso el conjunto visitante pudo ampliar el marcador: rematé el triple que el conjunto de Rubi entre los tres palos.