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ESPANYOL 0 - BARCELONA 4

Una cuestión mental

De nuevo, el Barça demostró que si sale concentrado es temible. La goleada al Espanyol se suma a las logradas ante PSV, Tottenham y Real Madrid

BarcelonaActualizado a
Una cuestión mental

Volvió a salir el Barcelona a por todas a un terreno de juego y la sensación de superioridad del equipo de Valverde fue impresionante otra vez. La exhibición blaugrana en el campo del Espanyol liderada por un sensacional Leo Messi vino a corroborar que cuando este equipo quiere y sale concentrado es un vendaval que puede aplastar a los rivales que tenga en frente.

Los jugadores del Barça le tenían muchas ganas al Espanyol, equipo que hace tres jornadas tuvo la posibilidad de empatar con ellos al frente de la tabla de LaLiga Santander. El desplazamiento a RCD Stadium es tradicionalmente una salida complicada para el conjunto culé. Es tan cierto que no ha perdido en casa de su máximo rival desde que estrenó estadio en Liga como que cada punto en Cornellà-El Prat se ha tenido que defender con uñas y dientes. El curso pasado perdieron en Copa y no pasaron del empate en LaLiga.

Ante estos precedentes, el Barça ofreció su mejor cara y cuando eso pasa, el rival desaparece del mapa. Los cuatro goles a domicilio fueron una goleada que se suma a las ya logradas anteriormente en otros partidos que el cuadro barcelonista había marcado en rojo en el calendario como los partidos europeos ante el PSV en el estreno de la Champions, la salida a Wembley ante el Tottenham o el encuentro ante el Madrid. En todos esos partidos la motivación fue máxima y el Barça aplastó al oponente.

Los tropiezos culés han llegado siempre cuando el Barça ha dado las cosas hechas por antemano ante rivales presuntamente muy inferiores sobre el papel.

El Barça perdió en Leganés, se dejó empatar en su casa por el Girona y el Athletic Club y perdió contra un Betis que hasta que pisó el Camp Nou únicamente había logrado un gol fuera de su estadio. Al Barça le hizo cuatro. Por no hablar de las victorias in extremis en Vallecas y Valladolid.

Mentalmente, el Barça ha sido su peor enemigo este curso. Las faltas de atención se han pagado muy caras. En cambio, el equipo ha dado la sensación en tres meses de competición que, cuando se pone manos a la obra no es que gane, es que parece inalcanzable para los rivales.

En la Champions, competición señalada por los propios jugadores como prioritaria tras el durísimo varapalo de la campaña anterior contra la Roma, la motivación ha sido máxima. Messi señaló esta competición como prioritaria en su discurso el día de la presentación del equipo y así se demostró el primer día de la fase de grupos goleando al PSV por 4-0. Se confirmó luego ganando en Wembley, escenario especial para los blaugrana, al Tottenham por 2-4 en un partido que venía a marcar el fin de una serie de partidos a domicilio ante rivales fuertes en los que el Barça había fracasado como visitante (3-1 ante el City, 4-0 ante el PSG, 3-0 frente a Juve y Roma).

En la Liga, la motivación llegó a su máximo punto ante el Madrid (5-1) y volvió a verse el sábado por la noche en Cornellà en el partido de la máxima rivalidad ciudadana, donde Messi y los suyos no dieron opción al Espanyol.

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