Correa, el único jugador de Simeone en todos los partidos

No es el que más minutos lleva pero sí el único en algo. Ángel Correa es el jugador que Simeone ha utilizado en todos los partidos que el Atlético de Madrid ha disputado esta temporada. Un pleno al 22 que confirma lo que desde hace semanas se palpa sobre el campo, que Correa ya no es sólo un revulsivo sino que pide sitio en este equipo cada vez que pisa la hierba. Ayer, ante el Sant Andreu, fue con un gesto técnico brutal, marca de la casa: control orientado y gol con el exterior. Era el 2-0. Y también un mensaje: sin Costa, operado ayer con éxito, alza la mano ante Simeone. 

Correa es el undécimo jugador más utilizado por el Cholo en lo que va de temporada 2018-19. 1.137 minutos. El que más suma en esa estadística es Oblak, con 1.830'. Le sigue Saúl, el jugador de campo con más, 1.741'. Pero ambos se los reparten en 20 partidos. Ambos han faltado en dos partidos. Correa no. Correa es el único con esa estadística completa. Ha hecho tres goles y ha dado otros tres. 

La baja de Costa puede abrirle un hueco en el once allá donde juega. Porque en todo este tiempo el argentino nunca jugó donde mejor le sale: en la punta, ejerciendo de segundo delantero. Su posición con Simeone suele ser la banda derecha. Y desde ahí ha ido creciendo. El futbolista, operado de corazón cuando fichó por el club rojiblanco, lo que supuso estar un año en blanco, sólo entrenando, sin jugar, fue una bocanada de fútbol distinto, potrero, diferente de barrio, cuando al fin pudo disputar sus primeros minutos con la rojiblanca en la 2015-16. Las temporadas que siguieron no terminaba de hacerse con el sitio. Siempre opción de banquillo, revolucionador, pero desde ahí, el banquillo,  no desde el once: cuando tenía la posibilidad de ser titular se diluía, no era lo mismo. Se le achacaban más sus amarillas recibidas, muchas, sus pérdidas de balones, que su técnica. Aquella primera temporada finalizó con 1.375 minutos repartidos en 36 partidos. Cuatro temporadas eso ya se queda muy corto para él. Y sin parar de crecer.