Stuani vs Oblak: el Pichichi, el Zamora y el doblete de 2017

El ariete del Girona lleva 10 goles y el portero del Atleti ha encajado nueve. En su único duelo directo, el uruguayo marcó dos goles de cabeza.

Actualizado a 30 de noviembre de 2018 17:28 CET

Que a estas alturas del curso el portero menos goleado de la Liga fuera Oblak era bastante probable. Sin embargo, que el máximo anotador sea Stuani ya sorprende bastante más. El delantero del Girona lleva diez tantos y, con su doblete de la última jornada al Espanyol, rebasó a Suárez y a Messi. Este domingo, Stuani y Oblak se enfrentan en Montilivi.

El promedio de Stuani en este arranque es tremendo. Son diez goles en once jornadas, pues se perdió dos por lesión. Ante el Espanyol sólo necesitó cinco minutos y medio para lograr su cuarto doblete, pues antes metió dos goles igualmente al Eibar, al Barça y al Celta. El resto de sus compañeros del Girona ha logrado seis tantos. Ahí se ve de forma evidente la importancia del charrúa.

Oblak, por su parte, también está siendo uno de los puntales del Atleti en el inicio de curso. El esloveno sigue acumulando porterías a cero. Son 101 partidos sin encajar de los 181 que ha disputado con la rojiblanca. En el Metropolitano está firmando unos números tremendos, sobre todo en Europa, pero el equipo fuera de casa está bajando su rendimiento. Esta temporada, a domicilio, Oblak sólo se ha quedado imbatido en Getafe y en el Bernabéu. No obstante, su promedio se mantiene en 0,69 goles encajados en Liga por partido.

El meta del Atlético tiene un agrio recuerdo de Stuani, de su único enfrentamiento directo hasta la fecha. A Oblak le marcó el uruguayo los dos primeros goles de la historia del Girona en Primera. Fue en agosto de 2017, en Montilivi, primera jornada. Con dos remates de cabeza, Stuani puso un 2-0 que enloqueció a la afición. Luego lo igualaron tras el descanso Correa y Giménez y Oblak acabó siendo el mejor del Atleti en aquel partido. Pero Stuani fue un dolor de cabeza. En la segunda vuelta, en el Metropolitano, no jugó por un golpe. El domingo estará y será la gran amenaza.