El equipo que hizo llorar a la Quinta del Buitre cumple 30 años
En la temporada 87-88, el PSV apartó al Madrid de de la final de Stuttgart y levantó el triplete ganando Liga, Copa y Copa de Europa.
En Eindhoven recuerdan al mítico equipo que tuvieron en la temporada 87-88 en una proporción inversamente proporcional a cómo ese grupo es recordado en Madrid. No en vano, ese PSV que acabaría ganado el triplete esa temporada ganando Liga, Copa y Copa de Europa fue el verdugo del Madrid de la Quinta del Buitre, un fabuloso equipo al que sólo le faltó coronarse en la máxima competición continental. Jamás estuvo tan cerca como en esa temporada cuando se cruzó en semifinales con el equipo que dirigía un por entonces desconocido Guus Hiddink.
Al Real Madrid lo entrenaba por aquel entonces el también holandés Leo Beenhakker y sin duda era el gran favorito para ganar una Copa de Europa que supondría la cereza del pastel de una generación de jugadores que dominaba la competición española con mano de hierro y un fútbol sensacional.
Era el Madrid de Buyo, Chendo, Sanchís, Tendillo, Gordillo, Michel, Jankovic, Gallego, Martín Vázquez, Butragueño y Hugo Sánchez, reforzados desde el banquillo por jugadores como Paco Llorente o Santillana.
En esa edición de la Copa de Europa el Madrid se plantó en semifinales después de haber eliminado al Nápoles de Maradona (en partido jugado a puerta cerrada en el Bernabéu), al Oporto en la noche mágica de Paco Llorente en Das Antas y al Bayern de Munich tras remontar un 3-0 en Munich en los cinco últimos minutos de partido para dejar la ida 3-2 y rematar la faena en el Bernabéu.
Después de tres eliminatorias ante rivales tan exigentes, el PSV se presentaba como el más fácil de la serie y el Madrid menospreció al equipo holandés que en el partido de ida en Madrid no se dejó amedrentar por el tempranero gol de Hugo Sánchez a los cinco minutos que prometía un plácido pase a semifinales y acabó dando una lección de fútbol en un partido que mereció ganar, pero que acabó en empate a uno.
Para el partido de vuelta, el PSV había perdido a Ronald Koeman, su mejor jugador, por acumulación de amonestaciones, pero los holandeses supieron resistir en el Philips Stadion el asedio blanco.
Ese día todo se conjuró en contra del Madrid, Butragueño disparó al palo, Van Breukelen lo paró todo y los jugadores blancos acabaron perdiendo los nervios contra el árbitro Bruno Galler al que zarandearon al final del encuentro. A Míchel, la UEFA le sancionó con nueve partidos de suspensión que se quedaron en tres. El Madrid que más se merecía la Copa de Europa en años se quedaba fuera de la final de Sttuttgart que el PSV ganaría en los penaltis al Benfica en un partido que necesitó dos tandas de penaltis. Finalmente, Janssen marcaría el penalti definitivo a Silvino Louro, portero del equipo portugués y que años después sería el preparador de porteros del equipo blanco en la etapa de Mourinho al frente del Real Madrid.
Ese PSV haría historia pues no sólo ganaría su primera y única Copa de Europa (su segundo título continental tras la UEFA ganada 10 años antes eliminando al Barça de Cruyff en semifinales) sino que además completaría el triplete con unos números espectaculares. Ganaron la Liga cuatro jornadas antes del final perdiendo únicamente dos partidos y anotando 117 goles y también superaron al Roda en una emocionante final de Copa que necesitó de prórroga.
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