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EIBAR - REAL MADRID

Ipurua está pendiente de un convento para poder crecer

La expansión del estadio sólo se puede hacer por unos terrenos que pertenecen a un viejo convento de monjas, el de la Concepción.

Convento abandonado. La Concepción es titular de unos terrenos que necesita el Eibar para cerrar su ampliación de Ipurua.
Amaia Zabalo / Diario As

Con la Iglesia hemos topado a dos días de la visita del Madrid. Así se resume la situación del rival. Tras la inauguración de la tribuna Este en marzo de 2017, el Eibar comenzó a diseñar la última de las fases de renovación del Estadio Municipal de Ipurua: la construcción de una nueva tribuna Oeste y renovación completa del campo anexo. El ambicioso proyecto contaría con un nuevo campo, un aparcamiento subterráneo con capacidad para el autobús visitante y vehículos de TV, un gimnasio e instalaciones para los medios de comunicación. Una renovación por dentro y por fuera que coronaría, tras casi 6 años, el lavado de cara de un estadio mítico de Segunda A y Segunda B.

Sin embargo, y debido a la ubicación del estadio en mitad de la ciudad, el proyecto solo contemplaba su realización a través de la expansión hacia el polideportivo municipal. Un problema que se remonta hasta hace más de 14 años, y que tiene como origen el emplazamiento, entre el estadio y el polideportivo, de un viejo convento de monjas, el de la Concepción, que actualmente se encuentra abandonado. 

Hace precisamente una década y media, el ayuntamiento de la ciudad armera y la Iglesia se pusieron de acuerdo en la cesión de 5 metros de terreno secular para el desarrollo de un campo de fútbol que permitiera entrenar a equipos de fútbol base y realizar actividades deportivas municipales. Y al fin, hace apenas unos meses, el consistorio consiguió uno de los objetivos que más quebraderos de cabeza les había producido los últimos años: la expropiación de los terrenos del convento. Con una indemnización a la Iglesia de 4,5 millones de euros, ambas partes accedieron a llevar a cabo la expropiación. Un paso que, al fin, permitiría la expansión de Ipurua. Un estadio que, aunque muchos no lo sepan, no es propiedad del Eibar, sino del propio ayuntamiento de la ciudad.

El objetivo, afirmaron desde el propio club: es que “la tribuna estará operativa al comienzo de la temporada 2019-20, con un aforo final de Ipurua de 8.050 espectadores”. Sin embargo, y con las obras a mitad de camino (toda la zona anexa al estadio ya ha sido derrumbada), un duro revés ha golpeado al Eibar. Juan Luis Cristóbal, representante legal del convento, interpuso una denuncia hace dos semanas contra las obras, algo que ha paralizado por completo las mismas.

Con ojos perplejos ante la situación, y tras una reunión mantenida entre el abogado y José Antonio Fernández, responsable de obras del consejo de administración, el club ha hecho saber que esta demanda llega por puros “intereses personales”. La petición por su parte incluyó el abono de 160.000€ para el permiso de acceso a las obras de la maquinaria necesaria, dejó atónito a Fernández, que en contraprestación ofreció 10.000€ para lograr, al menos, que los plazos se cumplieran. El Eibar también confirmó que Cristóbal, en su empeño por obtener un beneficio, pidió como alternativa un sillón en el consejo de administración del SD Eibar. Un gesto tras el que, según publicaron algunos medios hace unos días, el representante del club armero se levantó y se marchó.

A pesar de que durante la última semana muchas fueron las informaciones vertidas acerca de la necesidad de la firma del Papa Francisco para realizar la expropiación, la Orden de la Inmaculada Concepción remitió el miércoles una nota en la que confirmaban que sería la propia congregación la que se haría cargo del asunto. Según el escrito, "cuando las comunidades gestionan un patrimonio elevado necesitan siempre de la aprobación de la Congregación para los institutos de vida consagrada y sociedades de vida apostólica". Esto significa que los documentos enviados por parte del ayuntamiento al Vaticano en busca de una solución rápida al conflicto, no tienen ninguna validez en este caso: "El Papa no firma de su puño y letra estas aprobaciones sino que son las autoridades eclesiásticas de la Congregación, puede ser el Cardenal Prefecto o el Secretario de la Congregación", reafirma el escrito.

El duro revés que supone la paralización de la obra ha causado que el club no pueda cumplir los plazos prometidos en principio. Con las obras paradas y un proceso jurídico en marcha, queda en peligro un proyecto que, en esta última fase iba a ver su tribuna Oeste derrumbada tras el encuentro de la semana que viene contra el Real Madrid. Por ello, la puesta en marcha prevista para agosto de 2019 queda también en entredicho, aunque sea por causas ajenas al propio club.

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Un convento con historia

Fundado por primera vez en el palacio de Isasi, el primer convento de la Concepción data de 1593, en una operación en la que el marqués Martín López de Isasi y su mujer, Domenja de Orbea, donaron 1000 ducados a cambio de su construcción. Una obra que terminó de producirse en 1630 por el arquitecto vallisoletano Gregorio Fernández, encargado de la construcción y diseño del retablo mayor. Por desgracia, el primer convento, en el que 5 monjas de la orden de la Inmaculada Concepción vivieron durante cuatro siglos quedó destruido en 1936 a causa de la guerra civil española. Un derribo que obligó a la hermandad a trasladarse a Ipurua, lugar en el que aún mantiene su edificación (y que es la fuente de la discordia). Sin embargo, y por falta de monjas que acoger, el convento quedó abandonado en 2009, cuando las religiosas restantes se trasladaron a Donostia. Y precisamente, en ese momento, fue cuando el ayuntamiento inició el proceso que aún a día de hoy, trae de cabeza a la ciudad de Eibar.