Valverde prefirió dejar fuera a Dembélé antes que multarle
El técnico no hizo caso a los consejos del club de castigarle con una sanción económica de 6.000 euros y se inclinó por dejarle fuera de la convocatoria ante el Betis.
Ernesto Valverde reaccionó con serenidad e inteligencia al acto de indisciplina que protagonizó Ousmane Dembélé el pasado jueves cuando se ausentó del entrenamiento matinal sin dar ningún tipo de explicación y estando casi una hora y media ilocalizable -hasta que el delegado Carles Naval dio con él vía telefónica-, esgrimiendo además un supuesto dolor de barriga para excusar su baja en la sesión.
El técnico llegó a barajar en su momento varias opciones sobre cómo afrontar esta crisis. Dentro del club le conminaron a que hiciera valer el código interno que rige el vestuario y que le impusiera la sanción económica más grave, fijada en unos 10.000 euros aproximadamente. Además también le recordaron que cabía la posibilidad de apartar una semana al jugador del equipo como medida adicional.
Sin embargo, Valverde consideró que este tipo de sanciones tienen poco recorrido y aún menos en un jugador de su juventud. El entrenador del Barcelona optó por un gesto que a la postre suele ser mucho más efectivo: dejarlo fuera de la convocatoria.
No hay duda de que para Dembélé pagar 10.000 euros no hubiera sido tan duro como verse fuera de la lista de convocados para el partido ante el Betis, siendo de esta forma señalado por su entrenador ante todo el grupo.
De hecho, el viernes ya recibió el primer varapalo por parte de Valverde, ya que su intención era entrenarse con el grupo, pero el técnico le envió a las galeras del vestuario a ejercitarse en solitario. Su ausencia en la lista del sábado tuvo su efecto inmediato como demuestra el hecho de que el jugador llegó el domingo al partido prácticamente cuando estaba a punto de empezar y se marchó al final del encuentro sin bajar al vestuario para animar a sus compañeros.
Ahora habrá que esperar que Dembélé regrese de Francia para comprobar si el internacional francés ha captado el mensaje. Lo que está claro es que tanto sus compañeros, como el técnico y el club están dispuestos a ayudarle, pero él también ha de ser el primero que ha de recoger el guante y ponerse las pilas. Si no recapacita en las próximas semanas y reacciona, las puertas del club podrían estar abiertas de par en par en enero.
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