El filial del Espanyol gana el derbi y adelanta al Barça
Un gol de Campuzano fue definitivo. Los azulgrana estuvieron espesos en ataque, ni Aleñá ni Riqui Puig, que salió en la segunda parte, pudieron modificar el signo del partido.
Iván de la Peña, Guillermo Amor, Rufete y Jordi Lardín coincidieron en la grada de Sant Adrià como en los años 90 podían haber coincidido en cualquier campo de fútbol vestidos de corto, incluso en algún derbi. Ya retirados, fueron testigos del duelo de filiales, que finalizó con la victoria del Espanyol B con gol de Campuzano en el minuto 14 de un encuentro caliente pese a los diez grados que helaron la oscura y concurrida tarde de Sant Adrià.
Con esta victoria, bajo la atenta mirada de Rubi, el filial se coloca en posiciones de playoff de ascenso y adelanta al equipo azulgrana, un sorpasso en toda regla que enaltece el gran comienzo de temporada de los muchachos de David Gallego, quienes tienen cautivados a los seguidores de la Ciudad Deportiva por sus goles, juego y, como ayer, por su corazón.
El Espanyol anuló el juego de posición del Barcelona con una asfixiante presión en campo contrario. Solo Aleñá era un faro en medio de la nebulosa en la que los blanquiazules convirtieron el centro del campo. Sin apenas noticias en las áreas, el conjunto local golpeó primero. Bermejo enganchó un remate desde la frontal que desvió ingenuamente Ezkieta. Dejó la presa en manos de un cazador del área como Campuzano, ávido en la reacción, certero en el remate.
Con el 1-0, el Espanyol B redujo los espacios dando un paso atrás. El Barcelona amasó el balón pero no fue capaz de crear peligro. Hasta el minuto 30 no lanzó a portería, y en el 42’ dispuso de su mejor ocasión, un remate de Collado desviado.
El decorado varió con la expulsión de Pol Lozano en el minuto 54. Con un jugador menos, el Espanyol B demostró su gran trabajo defensivo, pues apenas concedió ocasiones al Barcelona. Un remate al larguero de Monchu y varias paradas de un Frias bien colocado fueron las únicas opciones azulgrana para empatar. El filial salió al contraataque con destreza, sobre todo cuando Pedrosa arrancó la moto por la izquierda, pero acabó pidiendo la hora, enmarñado entre córners. El silbido final fue una liberación. El derbi es blanquiazul.