El efecto ‘boomerang’ del Espanyol lejos de Cornellà
El Espanyol ha ido por delante en cinco de seis partidos fuera de casa, pero en cuatro el rival devolvió el golpe y el Espanyol no ganó.
Que el Espanyol se ponga por delante fuera de casa y acabe sin sumar los tres puntos es una norma más que la excepción de la noche vallisoletana del viernes, cuando el liderato se escapó en el minuto 91 de un partido en el que los blanquiazules fueron de más a menos y acabaron atornillados en su campo. De los seis encuentros de visitantes que han disputado los de Rubi, en cinco de ellos han ido ganando en algún tramo (en el Bernabéu no lo lograron), aunque solamente en Huesca (0-2) consiguieron mantener esa victoria.
La estadística refleja una virtud, y es la capacidad del Espanyol para imponer su estilo y adelantarse en el marcador, como ocurrió ante el Celta (0-1), Alavés (0-1), Vallecas (1-2), Huesca (0-1) y Valladolid (0-1). Pero también vierte un déficit, la incapacidad para mantener esa ventaja o ampliarla, con la única salvedad del encuentro de El Alcoraz (0-2). Esa falta de gestión le ha impedido, en el camino de la excelencia que están trazando Rubi y su equipo, ser líder y estar incluso con más puntos de los que posee anteriormente. En las segundas partes, el balance es de 5-1 en contra de los de Rubi.
Celta: Nuevamente la alegría de ir ganando le dura poco al Espanyol. Hermoso anota en la última jugada de la primera mitad, y el conjunto blanquiazul arranca el segundo acto igual, dominando, atrevido. En un ataque rápido, en el 51’, el Celta empata. El Espanyol dominó después el balón (58%) pero el choque fue tan abierto que pudo caer para cualquier equipo. Todos tildaron el empate de justo.
Alavés: Fueron solo cinco minutos, los que pasaron del 1-1 al 2-1, pero el Espanyol adoleció de falta de concentración y desequilibrio. En este caso, el conjunto perico no dio un paso atrás con el 0-1, todo lo contrario. Marcó el 0-2, pero el VAR lo anuló, y el 2-1 llegó después de la osadía perica en un saque de esquina a favor, cuando no replegó a tiempo al acumular muchos jugadores en ataque. Con 2-1, los ataques pericos fueron estériles. Rubi sacó a cinco delanteros, pero el equipo solo lanzó una vez.
Tras el encuentro de Vitoria, el Espanyol modificó algunos comportamientos lejos de Cornellà-El Prat. El equipo utilizó la semana del parón para poner el foco en aspectos defensivos, como las vigilancias y los contraataques rivales. El equipo perico, lejos de su estadio, intenta ahora ser más práctico y menos alegre cuando va por delante en el marcador.
Rayo Vallecano: El Espanyol estuvo por delante de manera anecdótica. Marcó en la última jugada de la primera parte el 1-2 y, en el minuto 47, Dídac cometió penalti y Kakuta empató. Pocas conclusiones se pueden extraer de esos dos minutos. No obstante, en los momentos posteriores, el Rayo Vallecano tuvo más balón y creó más peligro, aunque ambos conjuntos tuvieron ocasiones para ganar el encuentro. Rubi señaló en sala de prensa que no le había gustado la segunda mitad.
Huesca: El encuentro no fue muy diferente al de Zorrilla. En la segunda mitad y con 0-1, el Espanyol solo tuvo un 38% de balón. Pero el Espanyol sí encontró espacios para salir al contraataque; de hecho, creó el doble de ocasiones que en la primera mitad. Los cambios de Rubi, con la salida de Melendo, Baptistao y Piatti, se enfocaron a mejorar las transiciones y a hacer daño con los espacios que dejaban los oscenses.
Valladolid: El equipo de Sergio González aumentó la presión en campo rival en la segunda parte, dominó la posesión (63%), lanzó más que el Espanyol (ocho remates por dos de los pericos) y obtuvo el premio del gol en una falta. Los cambios de Rubi (Piatti, Duarte y Víctor Sánchez) estuvieron enfocados a aguantar ese 0-1. Pero de nuevo fue anulado.
