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BARCELONA-REAL MADRID

Los héroes más inesperados del Barça en un Clásico

Nunca imaginaron que serían protagonistas y terminaron jugando algún tipo de papel decisivo contra el Madrid. Con los goles de la victoria…, o con los que redondearon goleadas históricas.

Los héroes más inesperados del Barça en un Clásico
Diario As

Ausente Messi, que se rompió el radio del brazo derecho contra el Sevilla, el Barça busca héroe para el Clásico. A lo largo de la historia de sus partidos ante el Madrid, ha encontrado unos cuantos protagonistas que hicieron el gol de la victoria o redondearon goleadas históricas. Estos son algunos.

Ramón María Calderé (1984-85). El calendario de la temporada 84-85 vino con sobresalto. Habría un Madrid-Barça en la primera jornada en el Bernabéu. Ahí surgió la figura de Ramón María Calderé. El centrocampista estaba ya en los 25 años pero todavía estaba en el filial. Era su momento. Venables confió en él y fue elegido mejor jugador del Gamper. Hizo un gol y fue el héroe inesperado de aquel 0-3 en el Bernabéu. En El Periódico explicó en una entrevista aquella experiencia: “Mi abuelo estaba ingresado en el hospital de Reus y fui a verlo unos días antes de viajar a Madrid. Quería darle una alegría y se lo prometí. Le dije: Avi, marcaré un gol en el Bernabéu para ti”. Después del gol en propia puerta de Ángel y el 0-2 de Archibald, Calderé cerró el partido Ángel anotó un tanto en propia puerta y Archibald sumó el 0-2. “Centró Víctor y yo rematé de cabeza. Increíble. Debut en el Bernabéu con victoria y gol. Mi abuelo tuvo una inmensa alegría”. Calderé no dejó de crecer y estuvo en el Mundial de México 1986. Ahora entrena al Badalona.

Iván Iglesias (93-94). Tres días después de la noche de Reyes de 1994, el barcelonismo tuvo su particular noche de regalos. Los futbolistas de Johan Cruyff le entregaron cinco. Uno tras otro, los culés fueron superando a un impotente e inoperante Paco Buyo, que pasó más rato dentro de su portería que atajando balones. Romario (3) y Koeman marcaron los cuatro primeros. ¿Y el quinto? Iván Iglesias, un futbolista firmado expresamente por Cruyff del Sporting y que pasó dos temporadas en el Camp Nou. Lo hizo faltando cuatro minutos y provocó a que Stoichkov levantara su mano a la grada, como Ton Bruins Slot (ayudante de Cruyff) a levantar la mano y enseñar los cinco dedos. Iván Iglesias habría soñado triunfar en el Camp Nou, pero para todos los culés su nombre suena a goleada al Madrid.

Guillermo Amor (1993-94). Hacía una década que el Barcelona no ganaba al Madrid como visitante y el triunfo se intuía vital para el Dream Team de Cruyff, que peleaba por cerrar un póker de títulos de Liga consecutivos. Los azulgrana tenían que ganar sí o sí para seguir presionando a Deportivo de Arsenio Iglesias. Tras un partido áspero y sin mucho fútbol, un centro de Stoichkov fue rematado de manera certera por Guillermo Amor, uno de los canteranos que mayor rendimiento le dio al primer equipo, uno de los pulmones del equipo de Johan Cruyff. Fue un gol histórico, sin duda, más allá que por volver a ganar en el Bernabéu, porque ese tanto le acabó dando la Liga al Barça. Historia viva en azulgrana. Hoy es director de Relaciones Institucionales del club.

Roger (1995-96). El Barça llegaba al Bernabéu con un equipo jovencísimo y se medía al Madrid que el año anterior había arrasado en LaLiga. El Barça estaba mutando. Después de arrasar entre 1991 y 1994, la temporada 94-95 había sido un desastre en Can Barça. De pronto, surgió la Quinta del Mini con De la Peña al frente y Celades, Moreno y Óscar y Roger escoltándolo… Roger, fino zurdo, se inventó un remate de cabeza después de un centro de Sergi que significó el 1-1. Después del 5-0 de la temporada anterior, al Barça le supo a gloria. Roger aguantó hasta la temporada 98-99 en el Barça, tuvo una relación de amor-odio con Van Gaal después de no contar mucho para Robson. Luego jugó en Espanyol, Villarreal, Ajax… Pero su mejor curso fue aquel 95-96. Se retiró a los 30 años e intentó la carrera en los banquillos como su hermano Óscar, pero no ha trascendido.

Kodro (1995-96). Procedente de la Real donde había sido ídolo, un jugador capaz de hacer olvidar a leyendas como Aldridge, Atkinson, Meho Kodro sólo estuvo un año en el Barça. Se aseguró que su adaptación era difícil. Eran años difíciles para Bosnia y para el delantero, que tuvo su día más grande como azulgrana en el Clásico de la segunda vuelta. Sus dos goles le permitieron vivir una noche grande y abrazarse a su gente. Los pases de Ferrer y Bakero significaron dos goles. Su última experiencia como técnico fue el Servette.

Giovani Silva Oliveira (1997-98). El brasileño, introvertido, fue un jugador con cierta regularidad en el Barça, pero no parecía destinado a grandes hazañas. Sin embargo, estuvo en algunos partidos grandes como en LaLiga que cerró el Barça con su gol al Zaragoza y, por supuesto, en el Clásico de la temporada 1997-98 en el Bernabéu. Giovani acompañó un contragolpe llevado con maestría con Figo, lo empujó y lo celebró con una de las celebraciones más polémicas que se recuerdan en un Clásico después de un corte de mangas que dio la vuelta al mundo. El Barça ganó 2-3 y la celebración de Giovani, que recordó a Schuster en la final de La Romareda del gol de Marcos Alonso, fue acogida con cierta simpatía por la afición. Entrenó al Olympiacos pero también abandonó la aventura de los banquillos.

Simao (2000-01). En una noche tremenda para Figo, que ni acudió a sacar los córners bajo el infierno de un Camp Nou que no le perdonó jamás su marcha al Madrid, el Barça ganó a un rival que, por entones, era más que el Barça. Simao, jugador que había llegado con el cartel colgado de sucesor de Figo y que no llegó nunca a los niveles de excelencia del extremo de Madeira, sentenció el partido con el 2-0 en medio de un ambiente eléctrico y casi prebélico en el Camp Nou. No se dedicó a los banquillos.

Lionel Messi (2006-2007). Ya con dorsal de primer equipo, Lionel Messi sumó el primero de los 42 hat tricks (incluidos los pókers, cuatro goles y repókers) que ha conseguido con la camiseta del Barcelona. Lo hizo un noche de principios de marzo y sirvió para igualar un partido en el que el equipo dirigido por Frank Rijkaard siempre fue a remolque. El último gol llegó en los instantes finales, haciendo enloquecer por primera vez al Camp Nou. Al día siguiente reconoció al Diario Sport que “no era consciente de lo que había hecho”. Posiblemente ahora sí que lo sepa, aunque sea por la costumbre de no cansarse de marcar y marcar goles.

Jeffren Suárez (2010-11). Canterano canario del Barça, Jeffren no tuvo suerte con las lesiones y eso lastró su carrera en el Camp Nou. Guardiola tenía fe en su potencia y velocidad, pero no pudo. Pese a todo, el extremo tuvo su momento de gloria y bien que lo disfrutó. En la gloriosa temporada 2010-11 (más que por los títulos, Liga y Champions, por el juego desplegado por el equipo culé), el Barça desarboló de una manera tremenda al Madrid de Jose Mourinho. En plena batalla entre los dos entrenadores, el Barça arrolló a un Madrid que se acabó rindiendo. Xavi, Pedro y Villa, por dos veces, parecían haber cerrado una goleada, hasta que entre Bojan y Jeffren se inventaron un último tanto que provocó el delirio en las gradas del Camp Nou.