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INGLATERRA

Las supersticiones de Sarri dejan alucinados a sus jugadores

El entrenador del Chelsea ya no muestra sus 'manías' en público, pero en su etapa de amateur llegaba a encender cigarros en curvas por miedo a perder.

Sarri en el calentamiento de un partido ante el Huddersfield
Reuters

Maurizio Sarri fue un futbolista corriente. Nunca llegó a despuntar y rápidamente se dio cuenta. Demostró ser inteligente y se apartó del campo en el momento oportuno para empezar a ‘estudiar’ el fútbol. Literalmente. Porque el periodista y amigo del actual entrenador del Chelsea Fabrizio Ferrari cuenta la disciplina ‘militar’ del técnico durante su etapa en el Sansovino, club que llevó desde la Eccellenza (el segundo campeonato para amateurs) a la Serie C2 en tres años. “En los 90 no era fácil encontrar grabaciones de partidos de fútbol amateur, pero con la ayuda de mis colegas de la televisión conseguía llegar los lunes por la noche a la casa de Sarri con dos cintas VHS de partidos del rival del fin de semana. Luego cenaba con Maurizio, su esposa, su hijo y el entrenador de porteros Mirko Tinagli”, cuenta Ferrari al Daily Mail.

A Mirko le pasó lo mismo que a Sarri. Se dio cuenta de que era un defensa corriente y se pasó también a la ‘escuela’ del fútbol. No sin antes haber tenido que escuchar a Sarri pedirle insistentemente que se enfocara en la parte de porteros. Así es como ambos comenzaron una relación de éxito y también de supersticiones.

Tres cafés antes de jugar

Fabrizio Mazzini, uno de los jugadores a la orden de Sarri en el Stia cuenta: “Un domingo antes del partido bebimos tres cafés y ganamos. Después de esto, me obligó a beber tres cafés todos los domingos por temor a romper la superstición”.

Cigarros en las curvas de horquilla

Pero lo que revela Luca Rialti, otro futbolista del Stia, va un paso más allá. “Cuando íbamos juntos y venía una curva de horquilla, siempre tenía que encender un cigarro. De lo contrario, pensaba que el partido iba a ir mal”.

Mismo conductor y mismo lugar de aparcamiento

Más intrascendente resultó ver que Sarri siempre estacionaba su vehículo en el mismo lugar durante su etapa en Sansovino. Aunque un día alguien le quitó el sitio y el técnico no dudó en apartar ese vehículo empujándolo con su coche. Durante esa etapa en Sansovino tuvo a sus órdenes a Andrea Rossi. Este exjugador cuenta que después de ganar un partido de visitante, Sarri ordenó que el mismo conductor les llevara al próximo viaje fuera de casa.

'Míster 33 esquemas'

En su etapa amateur se ganó el nombre de ‘Mister 33 schemi’ por el número de esquemas que tenía en su cabeza para hacer frente a sus rivales. “No tenía tantos, pero 33 era un número fácil de recordar”, cuenta Fabrizio Ferrari.

No entra al campo

Luego hay supersticiones que se han podido ver después de su salto al fútbol profesional. Por ejemplo, le pasa como a Rafa Nadal y no pisa las líneas del terreno de juego, pero también evita entrar al campo. Cuando los banquillos estaban al otro lado de los vestuarios se le pudo ver atravesar el campo por detrás de las porterías una vez iniciado ya el encuentro.

Spalletti le cazó una superstición

El diario británico recuerda también que en un partido ante el Roma, siendo entrenador del Nápoles, Luciano Spalletti, sabedor de que Sarri siempre sale el último al campo, hizo un amago para saltar al terreno de juego y volvió a meterse al túnel de vestuarios. Sarri no estuvo rápido de reflejos y ese día salió antes que su rival. Esa noche el Roma ganó 3-1 al Nápoles.