Con el drama del Villamarín del 2009 en la retina
El Pucela de Mendilibar consiguió la permanencia con un empate a un gol en la última jornada de aquel curso en un partido dramático que mandó al Betis a Segunda
El ambiente previo al desenlace final en la temporada 2008-09 para el Real Valladolid, con el que a buen seguro fue el partido más dramático que ha vivido en su historia, fue algo que todavía se recuerda bien en Zorrilla. Aquel Valladolid de Mendilibar realizó una buena primera vuelta, incluso se llegó a hablar de sus posibilidades europeas, pero después vinieron mal dadas, sobre todo al final. Tras la victoria por 1-0 ante el Getafe, el Valladolid firmó 10 jornadas sin ganar y la situación se tensó. Derrota en la penúltima jornada ante el Sporting por 1-2 en un partido marcado por el precio de las entradas para la afición visitante. Suárez decidió que era importante que Zorrilla no se viera invadido por la mareona , las entradas costaron 75 euros y la afición del Sporting decidió parar a comer en León para no hacer gasto y en señal de protesta, pero lo peor fue la derrota, que dejaba abierta una última jornada dramática con el Betis y el propio Valladolid como actores principales de la película.
Pero digo que ese ambiente previo fue muy especial porque la afición, el equipo, la ciudad y el propio club fueron de la mano esa semana, alejándose de lo que hubiera sido normal, una reacción negativa y de enfado, todo lo contrario. Las Peñas empapelaron Los Anexos con mensajes de ánimo en el último entrenamiento del equipo antes de que se marchara a una mini concentración de Chiclana, donde estuvo aislado hasta el día del partido. El Valladolid creó en aquellos días la primera cuenta de twiter de un club de futbol profesional, a través de la cual iba contando el minuto a minuto del equipo, eso dio paso a una web especial para el evento bajo el nombre: ‘vamos mi Pucela’, en la que la ciudad se volcó . El viaje de aficionados al Villamarín (unas 1.000 personas) fue financiado por el club. Todo lo que rodeó aquella semana fue en una onda positiva que seguro ayudó al equipo a conseguir una permanencia histórica.
Y lo fue, porque, a pesar de había más escuadras comprometidas, en la segunda parte de los partidos en aquella última jornada unificada, Betis y Valladolid ya sabían que sólo podía quedar uno. En un ambiente infernal el conjunto de Mendilibar logró anotar con un disparo del argentino Aguirre, que había salido tras la lesión de Pedro León, pero Oliveira firmó el empate en el 49’. La segunda parte fue de tal tensión que futbolistas como Luis Prieto, lesionado en una costilla una semana antes, no pudo seguir en la grada y vió los últimos 20 minutos de partido en el vestuario visitante sólo y sin ninguna referencia de lo que estaba pasando. Asenjo se vistió de salvador ante el acoso permanente del Betis y el Valladolid se salvó en un final agónico mandando a lo locales a Segunda. Los jugadores tardaron más de una hora en poder salir de su vestuario, fuera, una batalla campal.
Por cierto, la última vez que el Valladolid ganó en el Villamarín fue en la temporada 1999-00, 0-1 con Manzano en el banquillo. No fue el último partido pero al final de esa temporada en Betis consumó el descenso mientras el Valladolid firmaba un magnífico octavo puesto.
