Ramoncín: "Entre Mbappé o techar el estadio, elijo Mbappé"
El día 20 tiene concierto en Madrid, en el Teatro Barceló. Está de gira para conmemorar sus 40 años en la música. No elude ningún tema, es Ramoncín en estado puro...
Está fino, casi para jugar.
Sigo a rajatabla el consejo de mi abuelo: “En la vida todo con moderación chaval, incluso la moderación”. Era un sabio…
¿No practicó usted eso de sexo, drogas y rock and roll?
Para las dos primeras cosas era algo más hippie. Tirábamos más de la marihuana, que nos parecía una cosa cojonuda porque venía de la tierra. Nosotros ya estábamos advertidos de la química, que apareció más tarde, porque éramos lectores de la Beat Generation, gente que había experimentado con eso y sabía que había una segunda parte muy jodida que venía detrás.
¿Vio mucha gente quedarse en el camino por la droga?
Es que los que vendían el hachís en Madrid, y especialmente en Barcelona, regalaban la heroína con las chinas. Esa estrategia siguieron los cabrones para enganchar a la gente… El caso es que si a mí me decían: “Toma una raya de coca”, yo contestaba: “No, a mí dame un Valium, que yo con una raya me voy corriendo de aquí a Alemania”.
¿Es usted un chico de barrio?
Pero no de Vallecas, como la gente cree. Soy de la calle Canarias, que está entre Delicias y Legazpi.
¿Y lo de ser de Vallecas?
Soy de allí de adopción. Ensayaba con el grupo a espaldas del cine Bristol. Allí había una vaquería que ya no estaba en uso, y en los pesebres era donde ensayábamos. Y en el colegio Gredos fue donde hicimos uno de nuestros primeros conciertos. Dos de los chavales que tocaban conmigo sí eran de allí…
¿Allí están sus raíces?
“Hijo adoptivo de Vallecas porque sí”. Nos hicieron en el 78 a Francisco Umbral, a Felines, al Lute, a Dolores Ibarruri, la Pasionaria, y a mí. Dolores no quiso ir, no le pareció buena idea juntarse con un delincuente como el Lute o un rockero como yo. Pero yo tengo mi maderita conmemorativa grabada. Te ordenaba, en un bar de la Plaza Vieja, la Orden del Bocata de Calamares y la Caña de Cerveza.
¿Le puso su familia fácil ser un transgresor?
Mi abuelo ya había muerto cuando yo empecé en esto, y es el único al que le hubiera shockeado lo que yo hacía, porque tenía una educación exquisita. En realidad, me fui de casa con 19 años, así que mis padres adoptivos…
¿Adoptivos?
Sí, soy hijo de madre soltera y se marchó cuando yo tenía dos años y medio, y me quedé con mi tía y mi tío, y con mis abuelos. Un regalo de la vida, porque de trauma nada, que me quedé con los mejores.
¿Y?
Pues eso, que yo no di ni un problema.
¿Es usted un roquero bueno...?
Por lo menos, estaba muy formado. Con 17 años escribí Marica de Terciopelo y estoy hablando de Balzac, y utilizo palabras que no se escuchaban como ‘urbanita’. “Marica de terciopelo urbanita enamorado”. La grabé con 19 años pensando en un tipo que vivía en mi barrio. Tenía un quiosco y era gay, y todo el mundo le llamaba Antonio el marica. Lo que tuvo que sufrir el pobre al que, por cierto, torturó el hijo de la gran puta ese, póngalo así, el mierda del Billy el Niño. Y todavía anda por ahí paseándose y haciendo que este país sea peor...
¿Con el paso de los años le cuesta más ser un provocador?
No sé cómo me las apaño pero siempre digo cosas que suenan mal. Era más fácil salir en el 78 en la tele con un rombo pintado en el ojo a cantar Marica de Terciopelo que sorprender ahora, eso también es verdad.
Claro…
Y esa vez le eché huevos, porque dije: “Se la dedico a todos los que aún tenéis en la cárcel”. ¡En el 78! Yo ya contaba con que al terminar me iba detenido, porque ya había muerto Franco pero no teníamos Constitución y aún seguía en pie la ley de peligrosidad social.
¿Cómo le cambió la vida el proceso judicial de la SGAE?
Hice todo lo posible para que no me afectara. Salí a la calle. Como no había hecho nada, iba con la cabeza bien alta. Sólo una vez alguien me dijo no sé qué, y me cagué en su puta madre. Pero claro, para hacer eso has de tener la conciencia tranquila.
¿Acojona que pidan cinco años de cárcel para uno?
¡Por 47.000 euros, no por 47 millones! Pero yo no estaba ahí sentado por eso, amigo, sino por los 400 millones de euros que han dejado de recibir los autores en los últimos años, por tratar de defender a un colectivo que ha perdido eso en favor de multinacionales, medios, etc.
¿Molestaba usted?
Busque alguien que se haya ido sin un regalo de la Audiencia Nacional. Yo salí libre, absuelto completamente.
¿Se llegó a imaginar en la cárcel?
Hay un momento en el que tienes que preguntar a tu abogado: “¿Si me cae esto, cuánto cumples?”. “Catorce meses no hay quien te los quite”. ¿Cómo asumes eso? Tenía muy claro que si me hubieran condenado cumplo, pero luego, hago las maletas y me voy a las escalerillas del avión.
¿Se hubiera ido?
Pero el peor detalle y lo que no olvidaré jamás fue que el juicio terminó un 19 de diciembre y dictaron sentencia. Y la entregaron el día 27 de ese mes. ¡Pues me la comunicaron el 13 de enero! Ese día habría matado a alguien, sólo de pensar las Navidades que pasamos esperando esa sentencia, mis hijos, mi madre con 89 años… Hay que ser perro, cuando eso es algo telemático en lo que sólo hace falta darle a un botón para que te lo comuniquen.
¿Qué más le pone de mala leche a Ramoncín?
El mundo en el que viven mis hijos. Está para un meteorito. Si lo piensa, el mundo es una película de terror, una fábrica de horrores. Usted y yo hablamos y mientras hay un tipo matando a una niña con un kalashnikov en un pueblo de África, y otro al que torturan en una cárcel de Latinoamérica, o miles de niños muriéndose de hambre. El mundo es una cosa aterradora.
¿Habría sido Ramoncín un buen político?
No saben lo que se pierden.
¿Pero es usted del PSOE como del Madrid, incondicionalmente?
Si crees en la justicia social, en un reparto equitativo de la riqueza, en la separación de poderes y tienes un sentimiento animalista y feminista, eres un tipo de izquierdas. Stalin no era de izquierdas, era un hijo de puta tan grande como Hitler. O Mao Tse Tung. Yo no soy de los que cree que Pinochet era malo pero Castro no, a mí esa izquierda no me gusta.
¿Le gusta más hablar de fútbol o de política?
Bueno, yo es que soy muy del Madrid, y el club ahora es una gran marca, un trust. Y hay una historia entre el negocio y el asunto deportivo. Y a veces se equivocan porque piensan más en vender camisetas.
¿Cuáles son sus primeros recuerdos del Madrid?
Del No-Do, de ver las cinco Copas de Europa. Porque antes el fútbol se escuchaba en la radio.
¿Y el primer Madrid que empezó a ver?
Betancort, Calpe, De Felipe, Sanchís, Pirri, Serena… El que gana la Copa de Europa del 66.
¿Por qué se hizo del Madrid?
En mi calle todo el mundo era del Madrid. Era fácil hacer afición. Tú ibas al estadio de Chamartín cualquier día y aquello estaba abierto. Y entrabas sin ningún problema y veías a aquella gente entrenar. Me acuerdo que tenían una piscina bestial, aunque ahí sí que había que pagar o ser socio… ¡Y allí había rubias de verdad!
¿Rubias de verdad?
¡Bikinazos! Y nos recuerdo nadando por el borde de aquella piscinaza, porque tampoco éramos Michael Phelps, en la que el agua no se calentaba nunca porque era muy profunda y pegaba poco el sol.
¿Quién fue el primer jugador que le fascinó?
Amancio, me parecía cojonudo, y luego tuve la suerte de tratarlo. Yo tengo una foto que sería la envidia de muchos madridistas. La hicimos en New Jersey, que andaba el Madrid por allí de pretemporada, y estamos Butragueño, Amancio, Di Stéfano y yo.
¿Llegó a conocer a muchos jugadores?
Sobre todo de la época de la Quinta del Buitre. Y me llevé muy bien con Juanito cuando ya estaba en el Mérida. Cuando venían aquí se hospedaban en el Hotel Sur en la Glorieta de Atocha, y yo en ese hotel he llegado a vivir. Los dos éramos muy echados p’alante. Era la persona más generosa del mundo. Pero mire, el tío más divertido, más canalla y el que cuenta mejor las historias es Míchel. Si le escucha contar anécdotas de Butragueño en México creerá estar delante de uno de los cómicos más graciosos y ácidos.
Así que trabó amistades...
Y cuando Raúl manda callar al Camp Nou lo que estaba haciendo es copiar la portada de mi disco Miedo a Soñar.
¿En serio?
Vamos a ver, cuando grabé el disco vinieron al estudio Cañete y Raúl. Les gustaba mucho una canción que se llamaba Rosa. Cuando grabamos los videoclips de ese disco ellos estaban allí, de hecho salen un poco en una escena, aplaudiendo. Y cuando Raúl ve la portada del disco dice: “Esto lo voy a hacer yo un día en el Camp Nou”.
¿Es usted socio del Madrid?
Ya no, estoy esperando a que el presidente me haga socio de honor, que diga: “Aquí hay un tío que lleva toda la vida partiéndose el pecho por el club”.
¿Le invitan al palco?
He visto más Clásicos en el palco del Camp Nou, de cuando estaba Laporta, que es amigo mío. A mí Florentino no me ha invitado jamás. Yo con Mendoza me reía mucho cuando me lo encontraba, con Lorenzo Sanz y con sus hijos he tenido una relación muy agradable e iba mucho al palco… Pero ahora hay veces que me encuentro con Emilio (Butragueño) y me pregunta: “¿Vas al campo?”. Y le digo que sí, pero nada más…
¿Ser presidente del Madrid te da más notoriedad que ser presidente del Gobierno?
Hombre, no sé si tanto, pero desde luego que si quieres hacer negocios y tener una relación con las grandes empresas, es el lugar. Todo el mundo quiere ir a los palcos, al del Madrid, el Barça, el del Atleti y hasta al del Villarreal.
¿Y cómo vive el momento actual del equipo?
Lo que han hecho ganando cuatro de las últimas cinco finales es irrepetible. Y no siempre se puede estar ganado. Pero mire, es inexplicable que Zidane se fuera del Madrid. Yo creo que a él posiblemente no le gustaba Bale, y el presidente siempre ha creído que el galés era el sustituto natural de Cristiano, otro vendedor de camisetas y más tras la final de Kiev.
¿No hubiera fichado usted a alguien por Cristiano?
Yo, si soy presidente y hace lo que hizo Cristiano en la final, le despido. No habrá un caso de un futbolista que acabe de ganar una Copa de Europa y salga ante los periodistas y diga: “Me marcho”. Y cuando se va Cristiano, si alguien piensa que Mariano y Vinicius son las estrellas del equipo, pues que los pongan.
¿No le extraña que el Madrid ya no fiche galácticos?
Es que valen cinco veces lo que antes. Para mí Mbappé es el futbolista para el Madrid. Yo me olvidaba de Neymar e iba a por él. Neymar no mola…
¿No mola?
Es un indisciplinado. No me molan los tíos que llevan un séquito. No me va ese rollo. Yo soy de los que adora a Stielike, Breitner, Netzer, Butragueño, Amancio, Di Stéfano, Iniesta… Me gusta Messi, el rollo que tiene. Por muy madridista que seas si no te gusta Messi es que no te gusta el fútbol o no lo entiendes.
¿Y Mbappé?
Me parece más serio, más centrado, un futbolista que podría hacer que el Bernabéu… Porque mire, la gente sabe lo que es Bale, un buen futbolista al que le pasa algo que nadie, ni los médicos, saben lo que es. ¿En quién puede apoyarse la gente, en Benzema, que a veces parece un indolente?
¿Entiende el empeño de Florentino de cubrir el estadio?
Quiere ser Santiago Bernabéu en la heroica del club. Él sabe que nunca el estadio se llamará de otra manera, siempre será el Bernabéu. Pero es una persona mayor y ha hecho mucho por el club, que eso no se lo puede negar nadie, y quiere dejar esa huella con el estadio… Y si el club lo puede pagar…
¿Qué preferiría, techar el Bernabéu o a Mbappé?
Si es una cosa u otra, prefiero a Mbappé. A mí me gusta más lo deportivo que vender camisetas.
Un romántico del fútbol.
Oiga, que yo he visto jugar en el Bernabéu a Velázquez contra Beckenbauer, y eso es como decir que has visto a los Beatles.