El Granada arrolla al Córdoba con susto final
Los rojiblancos encarrilaron el partido con dos goles en un gran primer tiempo. El colista se metió en el partido de penalti y volvió a acercarse con otro gol en la recta final.
El Granada ha recuperado pronto su condición de vencedor, tras venir de sumar su primera derrota del curso, en Riazor. El colista Córdoba llegaba como el rival propicio para ello a Los Cármenes y los de Diego Martínez sacaron adelante el partido con solvencia, quizá incluso más de la esperada... hasta los nervios del tramo final. La primera parte fue la clave del desenlace final, ya que los locales comparecieron muy ofensivos y se encontraron con numerosas facilidades, por lo que a los 20 minutos ya dominaban por 2-0, con tantos de Fede Vico y Vadillo. En este periodo se pudo haber vivido una goleada de escándalo ante las opciones clarísimas que fallaron los granadinistas. A la vuelta de vestuarios un penalti dudoso fue aprovechado por Aythami para el espejismo del 2-1, pero Montoro, con uno de sus habituales obuses, restauró la cómoda ventaja en el electrónico, que permitió a los de Martínez gestionar cómodamente su botín hasta que en el 85’, con un tirazo desde lejos, los de Sandoval volvían a meterse en el choque. Pero terminaría siendo demasiado tarde para ellos y, de hecho, Rodri culminaría el marcador final en el alargue del encuentro.
El Granada ejerció su condición de favorito desde el pitido inicial, consciente del mal momento de un Córdoba que demostraría pronto por qué es el máximo goleado de la categoría, a poco que los locales apretaron de inicio. Los rojiblancos encontraron desde el minuto 0 tanto pasillos para acercarse al área como presencia y protagonismo de los jugadores desequilibrantes, que los tiene a pares Diego Martínez. Aunque el gol llegó muy pronto (en el 7’), con anterioridad los locales ya habían inquietado en dos ocasiones al Córdoba, primero con un centro de Álex Martínez que no remató Ramos en el punto de penalti (2’) y más tarde con una falta que botó Fede Vico al ‘meollo’ y que despejó de puños Abad. A la siguiente, seguramente demasiado pronto para los hombres de Sandoval (que volvía a un lugar donde fue feliz), se desnivelaría el marcador, cuando Fede Vico, cordobés, anotaba su primer gol liguero con el Granada al controlar perfectamente un envío de Víctor Díaz y cruzar el cuero sin oposición, sin que nada pudiera hacer el arquero (7’).
El gol confirmó al Granada en su intención de solventar cuanto antes la papeleta del partido, encontrando delante a un equipo roto, con continuas imprecisiones e incapaz de impedir las continuas sociedades que el Granada formaba en zonas de peligro. Ahí, el trabajo tanto de Vico como de Vadillo y el colombiano Ramos resultó fundamental, viviéndose un primer cuarto de choque preñado de ocasiones claras, y que se culminaría a los 20 minutos con el segundo de la tarde, obra esta vez de Vadillo, aunque más de medio gol fue de Ramos, quien agarró el cuero a 40 metros del arco, pegado a la derecha, y emprendió un carrerón rodeado de rivales sin que ninguno pudiera quitarle el balón ni derribarlo. El cafetero se metió hasta la cocina valiéndose de su fortaleza física y dio el pase de la muerte al gaditano, que no perdonó ante Abad (2-0, 20’).
Con dos goles en 20 minutos y, visto lo visto, no podía decirse que la victoria era exagerada, ya que el Granada erró en este periodo otras tres clarísimas para haber encarrilado una goleada ciertamente precoz. La primera llegó con el 1-0, justo un minuto después de que se produjera el gol de Vico. El propio atacante cordobés gozó de un mano a mano con el arquero que solventó el portero cordobesista en dos ocasiones, primero a tiro de Vico y en el rechace, a disparo de Puertas (8’). El ‘pichichi’ de los nazarís intervendría decisivamente en la siguiente ocasión clara de los locales, cuando habilitó a Vadillo para que éste errara un nuevo uno contra uno ante Abad (16’), que pese a los goles recibidos, fue el mejor de los cordobeses. El Granada compareció enchufadísimo, sí, pero los de Sandoval ofrecieron demasiadas facilidades en defensa, faltos de tensión, concentración… y moral. Al hilo, se seguirían sucediendo las opciones de casi gol. En el 26’, de nuevo doble ocasión, salvada esta vez en dos ocasiones por los palos: Puertas remató desde el punto de penalti a la media vuelta, a la cepa del palo, y el rechace le cayó a Vico, que chutaría al larguero.
Sandoval no era capaz de parar la sangría defensiva y lo que hizo inusitadamente pronto, justo antes del 2-0, fue sentar al delantero Piovaccari por su homólogo Erik. Con todo, faltaban todavía por contarse varias ocasiones claras antes del descanso, todas con signo local. En el 33’ aparecía de nuevo Vadillo, asistido por Puertas, para que otra vez Abad tuviera que desviar a córner en otra uno contra uno. El guardameta evitó antes del descanso una goleada de escándalo. Martínez, de chilena fuera (36’), Ramos, en otro uno por uno que se le fue por un mal último control (37’), y el propio colombiano de cabeza, fuera, volvieron a rematar en el mismo corazón del área, completando la primera parte más arrolladora que se recuerda a los rojiblancos desde hace tiempo, ante, también, el rival más blando. Basta un dato: los primeros 45 minutos del choque acabaron con 15 disparos del Granada sobre el marco verdiblanco.
Arreón del Córdoba
Todo era sosiego en Los Cármenes a la vuelta de vestuarios, pero el Córdoba iba a meterse inusitadamente en el partido bien pronto, en el 50’, al aprovechar una discutida pena máxima cometida en un forcejeo de Víctor Díaz con Javanovic. Aythami engañaría a Rui Silva para gozo de la afición cordobesista desplazada, en número aproximado de dos centenares, y que pese a la mala imagen que dio su equipo no dejó de animar en todo el choque.
Pero ni tiempo iba a tener el equipo de Sandoval para reenchufarse al choque, toda vez que los rojibancos tardarían apenas cuatro minutos en volver a ampliar la renta, gracias esta vez a una de sus estrellas, Ángel Montoro, que repetía como goleador por segunda semana seguida gracias a que dispone de un rifle teledirigido con el que suele colocar el balón donde quiere desde larga distancia. Su disparo desde la frontal, tras quedarse el balón suelto, lo alojó junto al palo izquierdo de Abad, echando por tierra así la esperanza renacida cordobesa.
El míster local sentó a Vadillo cuando vio el partido amarrado y concedió a Pozo un cuarto de choque. La afición despidió con una gran ovación al atacante gaditano y recibió igual al jovencísimo Pozo, que ha calado hondo en Los Cármenes por su desparpajo y calidad.
El último tramo del partido podría haberse dicho que fue de trámite si no hubiera marcado Bambock en el 85’, con un buen chut desde la frontal. Es de valorar que el Córdoba no le perdió la cara al partido, e incluso con el 3-1 gozó de una opción para volver a acercarse, en las botas de Jovanovic, que se plantó ante Rui Silva tras un pase en largo, pero chutó desviado (70’). Diego Martínez, al poco, cambió de sistema y colocó como único pivote a San Emeterio, dando entrada por delante a Nico Aguirre y sentando a un buen Fede Vico, que se fue ovacionado por los locales y pitado por la afición cordobesista. Por su parte, Sandoval introdujo en el campo a Jesús Valentín primero y Javi Lara después.
Nadie en Los Cármenes temía por el resultado, hasta que llegó el disparo de Bambock, que propició una recta final de nervios e inquietud en la grada local. Los granadinos habían hecho méritos más que de sobra para llevarse el choque con holgura y finalmente lo terminaron haciendo, aunque el agobio de los minutos finales ya no se lo quitaría nadie. No obstante, tras el 3-2 los de Sandoval no volverían a chutar sobre el marco de Rui Silva y, en cambio, los locales sí lo harían, para rematar la faena de un marcador lustroso gracias a una contra de libro gestionada por Pozo y Montoro y culminada por Rodrí.