Tarín y un debut casi perfecto en Primera para hundir a ‘su Barça’
El central valenciano de 22 años fue titular y la gran sorpresa del once del Leganés contra los culés. Completó un partido casi perfecto ante el que fue su equipo durante ocho años.
Rodrigo Tarín tiene 22 años. Su gesto juvenil esconde costuras de veterano. Frente al Barça, el miércoles pasado, no se descosió en ninguna jugada. Y eso que las agujas con las que los culés trataron de abrir el tupido tapiz con el que se defendió el Leganés eran afiladas. Messi. Dembélé. Coutinho. Luego Suárez. También Jordi Alba. Todos percutieron en algún momento por el costado de Rodrigo. Y todos fracasaron. Para ser la primera vez, no estuvo mal. Nada mal.
Porque Tarín debutó en la élite en el histórico triunfo de los pepineros contra el vigente campeón, equipo en cuyas categorías inferiores se curtió este defensa valenciano durante ocho años. El curso pasado fue el más duro. Gerard López, su técnico en el filial, apenas contó con él tras una lesión.
Solo gozó de continuidad ya con García Pimienta en el banco. Seis partidos consecutivos que no evitaron el descenso del Barça B. Su contrato terminó y el Leganés lo firmó a coste cero. Como a su amigo Gerard Gumbau, ex blaugrana como él.
El verano fue duro. No tenía seguro que fuera a continuar en la plantilla pepinera. La sombra de una cesión amenazó constante. Pero su polivalencia y rendimiento convencieron a Pellegrino. Ayudó que no ocupa plaza del primer equipo. Su condición sub-23 le permite jugar con ficha del filial.
Debut en Primera
Hasta el miércoles, Rodrigo jamás antes había tenido ni un solo minuto entre los mejores. Lo máximo fue su convocatoria en la jornada anterior para medirse al Eibar. Nada más. Por eso su presencia en el once blanquiazul fue la mayor sorpresa del equipo que armó Pellegrino en busca de la machada contra el Barça.
Rodrigo respondió con creces ejerciendo en un puesto construido para sus virtudes. Capaz de desempeñarse de central y lateral, ocupar el costado diestro en una zaga de tres centrales le sentó de maravilla. Se entendió a la perfección con sus compañeros de triunvirato defensivo (Bustinza y Raúl García) y también con Juanfran, carroñero por su banda, la derecha.
Y así, en perfecta sincronía con sus iguales, frenó un par de intentonas culés cargadas de peligro (una dejaba a Messi solo ante Cuéllar), tuvo sus más y sus menos con Suárez e incluso se animó en alguna subida en ataque para servir de apoyo a los delanteros blanquiazules.
Recital estadístico
Un recital que certifican las estadísticas. Tarín se convirtió en el jugador que más pases bloqueó de todo el partido con cuatro interceptaciones. Solo Piqué hizo más despejes que él (11 frente a 6). Y todo sin cometer ni una falta. A él le hicieron dos.
También destacó con el balón en los pies. Fue, detrás de Mikel Vesga, el segundo pepinero con más porcentaje de acierto. El 86,7 de sus 15 pases acabaron en el destinatario correcto.
Jugó como si llevara toda la vida en Primera. Pese a que sólo tiene 22 años. Pero tras el gesto juvenil de Rodrigo se esconden hechuras de defensa veterano. Y de futbolista de futuro. De mucho futuro.