El reto de Valverde: jugar bien en Butarque
El técnico del Barça advirtió en la rueda de prensa antes de viajar hoy a Leganés que “nadie juega bien en Butarque”.
No se fía un pelo Ernesto Valverde, el técnico del Barcelona del rival de esta noche ni del escenario del partido. La posición del Leganés en la clasificación, último con un sólo punto en cinco partidos jugados en los que ha encajado diez goles, no le aporta ni un gramo de confianza. El estadio de Butarque, donde ganó el Villarreal hace dos semanas y en la segunda jornada de Liga empató la Real Sociedad, tampoco es que le deje tranquilo.
Valverde, más después del tropiezo en casa contra el Girona, tiene muy claro que los tres puntos de esta noche van a tener que sudarse mucho y no quiere que nadie se confíe.
Más claro no lo pudo decir el técnico barcelonista en la rueda de prensa previa al partido de hoy: “En Butarque nadie juega bien”, una manera de señalar que más allá de las circunstancias coyunturales de cada equipo, el sur de Madrid siempre resulta territorio complicado de conquistar.
La temporada 16-17, Valverde no pudo pasar del empate a cero con el Athletic Club ante el Leganés en Butarque en un partido en el que los locales dominaron el juego. Al final del encuentro, el técnico de los leones se quejó del estado del terreno de juego y lamentó el gol anulado a Raúl García por Jaime Latre, al tiempo que reconocía que el empate era justo. Machis tuvo varios uno contra uno ante Iraizoz en un partido que seguramente recordó el técnico blaugrana ayer cuando dijo eso de que en Butarque no se juega bien.
La temporada pasada, ya dirigiendo al Barcelona, la cita de Butarque tampoco fue un partido de coser y cantar a pesar de que el Barça acabara ganando por 0-3. Marcó el primer gol Suárez a la media hora en el primer disparo entre los tres palos del equipo catalán en todo el partido y sentenció el propio Suárez a la hora de juego. Paulinho, en el descuento, completó el resultado resolviendo un lío en el área de Cuéllar.
Ese también fue un partido en el que el Barça jamás se sintió cómodo. El campo, de nuevo, no estaba en las mejores condiciones y el Barça sufrió la presión de los pepineros.
Con estos precedentes, no parece extraño que Valverde quiera mantener a los suyos en estado de alerta en un campo donde se puede ganar, pero donde jugar bien ya cuesta más.
