Tras la mala imagen ofrecida en Tarragona ante el Nastic y con sólo cuatro puntos en el casillero tras cinco jornadas, afrontaba Osasuna el partido ante el Sporting queriendo hacer a la afición olvidar lo mal que se están dando las cosas fuera de casa. Como visitante un equipo peligroso y difícil, en una situación clasificatoria bastante más cómoda que la de los rojillos.
Arrasate volvía a la defensa de cuatro y el equipo comenzó ofreciendo una imagen aceptable, como venía haciendo en los encuentros en El Sadar. Nada más comenzar el partido, David estuvo a punto de convertir en gol un centro de Barja, pero Mariño lo salvó. El Sporting replicaba por medio de un cabezazo picado de Álvaro Jiménez, que salió desviado. Los asturianos se acercaban al área rival con cierta facilidad y Osasuna hacia lo propio en un partido con ritmo y de ida y vuelta. Unos y otros creaban peligro, pero ninguno de los dos conseguía abrir la lata. En los minutos finales de la primera parte Nacho Vidal, con una internada por la banda, Barja y David trenzaron una bonita jugada que desafortunadamente no finalizó en gol. El Sporting también quería marcar y Cristian tuvo su oportunidad, pero su disparo salió alto. El poco acierto de ambos hizo que se llegara al descanso con el marcador empatado, si bien es cierto que el partido estuvo abierto durante los 45 primeros minutos y la balanza pudo inclinarse para cualquier lado.
En los primeros minutos de la segunda mitad el ritmo sobre el terreno de juego era más bajo, en lo que también influyó el desgaste de la primera parte y el intenso calor. Sin embargo, los rojillos consiguieron meter a los asturianos en su campo. Los de Arrasate volvían a conseguir crear algunas buenas jugadas, como la fabricada por Brandon y Barja que no acertó a transformar Iñigo Pérez. Jagoba Arrasate protestó airadamente un posible penalti sobre Barja, lo que le costó la expulsión. En el minuto 67, Nacho Vidal le dio un pase a Rubén que pudo convertirse en gol pero el rojillo no estuvo acertado. Osasuna estaba siendo mejor y el Sporting abusaba de las faltas y paraba el juego sin cesar. Producto de una de esas faltas llegó el tanto para los navarros, Rubén García marcaba un espectacular gol por la escuadra. Osasuna estaba dispuesto a defender el resultado a toda costa. Iñigo Pérez lo intentaba hasta en dos ocasiones. Los navarros lograron que los tres puntos se quedaran en casa, aunque todavía quedan bastantes detalles por corregir.
