El extraño verano de Los Ángeles de San Rafael sin el Atlético
Por primera vez en 40 años, los rojiblancos no han hecho su pretemporada en Segovia. Otros equipos como Alavés, Rayo o Getafe sí. La localidad echa de menos.
Mañana se irá el verano del calendario y, en Los Ángeles de San Rafael, éste habrá estado lleno de ausencias. Podían tocarse en julio, tan palpables que hacían daño. Tercera semana, esa en la que, de siempre, porque los jóvenes no recuerdan otra cosa que ese siempre, el autobús del Atlético se aparcaba en la urbanización, ante el Hotel Segovia Sierra. Este verano, sin embargo, ha sido diferente. Ese autobús vinilado con el escudo rojiblanco no ha pasado por allí. Duele esa tarde de domingo que daría comienzo a la segunda semana de stage del Atlético. La misma en la que el pueblo llora a uno de los suyos, Josito. Se fue, murió el viernes, de repente, con 26 años, sólo 26, y nadie entiende. Era uno de los cocineros del Hotel Sports Náyade, el de abajo en la urbanización, el que está pegado al lago, que este año cambió su nombre (antes era Be Smart Náyade). La segunda ausencia de este julio. Esta para siempre, y cómo duele. La otra, la del Atleti, la urbanización espera que se termine el próximo año.
"Ha sido un verano extraño. Con el Mundial de Rusia y muchos jugadores internacionales, los franceses ganadores, el Cholo no ha podido trabajar con todos porque fueron llegando escalonados, quizá fuera por eso. Aquí les recibimos con los brazos abiertos, como siempre, para preparar al guerrero para LaLiga: les damos suerte", explica Juan Carlos Sanz, director de explotaciones de Los Ángeles de San Rafael, "en ningún lugar descansan como aquí. Lo tienen todo". Instalaciones, clima, reposo. "Han sido 40 años de pretemporadas, muchos, muchos, cuidando del Atlético de Madrid, imagina cuánto se extraña", dice Ramón Perela en la entrada del Hotel Sierra y su eco resuena entre los objetos de decoración. Apenas una mujer y su hijo transitan por ella. Está vacía, como la calle. Hace un año en esos momentos al otro lado de esa puerta se reunían doscientas personas. Y el hotel era el más reservado de la zona: todos querían dormir donde lo hace el Atleti. Allí donde los dos últimos años se levantaba una carpa de plástico que hacía de laboratorio del Profe Ortega, gimnasio por el que los jugadores pasaban cada día después de desayunar, a las 08:00, y después en los días de triple sesión, no hay nada, salvo algún telar desperdigado. En ningún sitio se nota la ausencia como aquí.
"El verano ha sido extraaaaño", habla Richi, y lo hace con ese acento que arrastra palabras. Es uruguayo pero hace muchos años que llegó a la urbanización. Fue tras un verano en Ibiza, fue por amor. El Baguettin es el bar que regenta, con Silvia, su chica, aquella chica, y los padres de ella. Es un referente de San Rafael: su terraza se queda pequeña en las comidas y en las cenas. En el pueblo se le dice Donde Richi, a menudo, en vez de Baguettin. En las dos semanas de Atleti en Los Ángeles de San Rafael, bajo la estatua de la chica en la fuente seca bullía el fútbol. Los debates, las decenas de periodistas pidiendo wifi para poder enviar. Este año han sido muchas menos las Ensaladas Richi, de pollo a la plancha, atún, espárrago blanco, lechuga y taquitos de jamón york y queso. Una delicia. El plato estrella en las cenas, compitiendo con el mollete de Ibérico.
"Lo hemos echado mucho de menos, al Atleti. Mirar la calle y ver decenas de rojiblancas, aficionados que llegaban para ver entrenar al equipo y ya pasaban el día aquí". No es el número de cenas o comidas menos servidas, es la alegría que se respiraba en el pueblo esas dos semanas. "Mucha, mucha. Es que a los chicos se les echa de menos, Torres, Gabi, se quiere mucho al Atleti aquí", dice Conchi, su suegra, en la entrada del Baguettin, bajo el sol de media tarde, que aún pica pero menos que en Madrid. "Y Godín y Giménez", se oye al fondo, el acento arrastrado, inconfundible charrúa de Richi. "Las condiciones son buenísimas para entrenar", añade Agustín, un cliente de esos que llaman al Baguettin casa... y el Baguettin a él familia. Y esta es su casa. Lo ha sido siempre. "Aquí ha estado Luis, Kiko, Vizcaíno... Hasta Simeone jugaba a las cartas por las noches en el salón que tenemos ahí arriba", cuenta Richi. A los campos de fútbol del lugar, sin embargo, no les ha faltado movimiento aunque sí la afición. Muchos han sido los equipos que, ante la ausencia del Atleti, no desaprovecharon la ocasión e hicieron su stage aquí: el Alavés, el Atlético Femenino, el Getafe o el Rayo.
Este tarde de domingo es un impase. El Córdoba acaba de irse y el Atlético B no sube hasta dentro de unas horas. Los campos de fútbol están ya no sólo vacíos, también cerrados, las hierbas crecen en la cuesta que el verano anterior el Profe Ortega mandó instalar para sus particulares 'palizas', todas a base de sudor. El segundo está terminado, hay otro en proyecto y en el principal se han instalado banquillos techados. Aquel árbol que se vendía en la entrada de uno de los campos ya no tiene el cartel y, al fondo, en el colegio, no hay movimiento pero lo habrá: volverá a abrir sus puertas para la docencia este curso. El Spa, abajo, ya lo hizo también, en junio, tras la reforma. El lago es un ir de venir de gente y despedidas de soltero, aunque esa hierba en la piscina de abajo, la que está en el segundo sector, también echa tremendamente de menos. A Josito, al Atleti: sobre ella ganó LaLiga en la 2013-14 y desde el año siguiente crece ahí, recuerdo de aquel éxito, aunque muchos de los que ponen la toalla no sepan. En Los Ángeles de San Rafael se espera, ahora que el verano acabó, que esta tarde de julio también está lejos, que la piscina cerró, hasta el verano que viene, que ese autobús vinilado del Atleti vuelva a estar aparcado en su puerta.