Lozano-Gutiérrez: orgullo tuzo, amenaza del PSV
Del Chucky dicen en el Barça que "estará bien verlo en la fase de grupos, pero decir que interesa es atrevido". El ataque del PSV genera respeto.
Hace aún no un par de años, Forbes valoró en 80 millones de dólares el valor de Pachuca, uno de los clubes que trabaja bien la cantera en México y que 20 años atrás fue adquirido por el empresario Jesús Martínez Patiño por 100.000 dólares. De las “fuerzas básicas” (cantera) de los Tuzos (así es como se conoce al club del Estado de Hidalgo) salieron dos de los talentos del país norteamericano y que tratan de copiar sus caminos en la Eredivisie.
Hirving Lozano es menudo. Le apodan Chucky desde que entró en las inferiores de Pachuca por “los sustos que daba a sus compañeros”, según explicó él en más de una ocasión. Es hábil con la pelota y rapidísimo con espacios. Si nada se tuerce, está llamado a ser unos de los delanteros de futuro. Dicen que el Barça le sigue, aunque desde el club no se cansan de matizar. “Bueno, aún le queda muchísimo”, dicen gente con despacho en la Ciutat Esportiva. “Estará bien verlo en la fase de grupos, pero de eso a decir que interesa al Barça es atrevido”, insisten. La cuestión es que Lozano llegó a Eindhoven la pasada temporada y ya es ídolo en el PSV. El curso pasado hizo 19 goles (17 en Liga y dos en Copa) y en la presente temporada ya suma cuatro en la Eredivisie y dos en la Champions, frente al BATE Borisov, en la ida y en la vuelta de la previa.
El sueño inimaginable
Desde hace unas semanas, Lozano tiene un nuevo amigote en el vestuario. Se llama Erick Gutiérrez y es un mediocampista zurdo potente. Con él al lado, el Chucky recupera la esencia mexicana que tuvo el PSV con las aventuras de Andrés Guardado o Héctor Moreno. “Nunca soñé que podría jugar mi primer partido internacional en Europa contra el Barça. Será algo increíble, un regalo divino”, comentó el jugador el domingo. El sábado se estrenó como goleador ante el Den Haag (ganaron 0-7) con su familia en las gradas del estadio de La Haya. Sus padres y mujer se emocionaron (la hija es aún muy pequeña como para entender nada) cuando el futbolista fue aclamado por los hinchas del PSV.