El Getafe de Bordalás tira el castillo de naipes de Machín
Ángel hace la diferencia en una primera parte pésima del Sevilla, que cambió gracias al Mudo y Ben Yedder, pero se topó con el VAR. Los azulones, quintos.
Más allá de que el VAR resulte un elemento desquiciante para los jugadores y de que en algún caso como en el gol anulado a Ben Yedder no quede claro ni en las imágenes mostradas por las realizaciones si hay fuera de juego o no, un gran Getafe hizo caer el castillo de naipes de Machín con una primera parte magistral en la que neutralizó a su rival y, sobre todo, le encontró agujeros en una defensa mal situada y con un importante déficit de calidad individual. Sergi Gómez y Gnagnon sufrieron una barbaridad con Ángel y Jorge Molina y arrastraron al desastre a Kjaer. La primera parte penalizó muchísimo al Sevilla, que sumó su segunda derrota consecutiva y abre la caja de los truenos en Nervión. El subidón del debut en Vallecas parece ya una imagen en blanco y negro.
Con el Getafe, equipo que juega al límite del reglamento (feísima una entrada de Djené a Roque Mesa que mereció la roja), no hay medias tintas. El Sevilla quitó el pie en las dos primeras acciones y el castigo fue el 0-1 de Ángel. Jorge Molina, que jugó como quiso con Gnagnon en la primera parte, salió a jugar entre líneas y encontró al canario, que definió con facilidad ante Vaclik. Bordalás se sabe de memoria el dibujo de Machín y le atacó en las zonas muertas que deja su sistema de tres centrales. Antunes contuvo bien a Navas por el pasillo derecho y Aleix Vidal se marcó solo porque un jugador de su perfil no puede jugar por la izquierda. Sin Mercado (lesionado) y con Lenglet en Barcelona, el Sevilla ha fracasado, al menos de momento, en la elección de sus centrales. Sergi Gómez estuvo blando y Gnagnon fue una calamidad. El desbarajuste lo aprovechó Ángel para hacer el 0-2 pero pudo ser peor.Portillo perdonó la sentencia al borde del descanso. De tranquilo que estaba en el área chica, le regaló el balón a Vaclik.
Superado en todo por Bordalás en la primera parte, Machín sí hizo bien una cosa. Acelerar los cambios y meter a Mudo Vázquez y Ben Yedder. El primero sustituyó a un Roque Mesa desquiciado y organizó el juego del Sevilla. El francés lo alborotó tanto que es difícil calcular cuántas acciones positivas produjo. No contaba, sin embargo, con los efectos del VAR, que confirmó la anulación de un gol no sin polémica. Bordalás vio que el partido se le podía ir de las manos y metió a Gaku para reorganizarse. Fue su último gran triunfo en un partido que duró 99 minutos deja a un gran Getafe quinto en la tabla y a Machín desprotegido con su celebrado sistema de tres defensas y obligado a encontrar soluciones. Rápido.
