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ESPANYOL

El penúltimo Sergio pide cita con el primero 15 cursos después

Su primera temporada como profesional la vivió en la campaña 2004-05 en el Levante, rival del Espanyol este domingo en Cornellà-El Prat. Mora, Jofre y Oltra recuerdan el jugador que ya prometía con su calidad.

Actualizado a
Sergio García con el LEvante.
EDUARDO GONZALEZDIARIO AS

Diego Forlán fue el pichichi con 25 goles jugando en el Villarreal. Samuel Etoo le siguió con 24 en el Barcelona, curiosamente el club que abandonó nuestro protagonista para ganarse un lugar en Primera. Un jovencísimo Fernando Torres convirtió ya 16 goles, mientras que Maxi Rodríguez se salió con 15 en el Espanyol de Miguel Ángel Lotina. Con 21 años, en la parte inferior de la tabla de goleadores, Sergio García se presentó con siete dianas comandando un Levante que perdió la categoría en 2004-05. Quince temporadas después de su estreno, el del Bon Pastor, a sus 35 años, sigue de titular en Primera en un Espanyol que recibe este domingo a su exequipo.

El penúltimo Sergio, el extremo de Rubi que entiende el juego y se ha ganado un sitio en el once, se reencuentra con el primero, más descarado. “Solamente le entrené cuatro partidos. Era joven, pero se le veía la calidad, el talento, el cambio de ritmo… Sin duda era un delantero con condiciones para ser de nivel”, empieza el relato José Luis Oltra, junto a Bernd Schuster uno de los técnicos de aquella amarga campaña. “Nos llamaba la atención su tranquilidad. Jugar para él era algo cotidiano, nunca se ponía nervioso y eso que vivimos un año complicado. Eso le ayudó a rendir porque tenía calidad y definía de maravilla”, valoró Jofre Mateu, quien recuerda algún que otro partido. “En Mallorca ganamos 1-2 y marcamos los dos. También en Montjuïc ante el Espanyol anotó. El primer tramo del equipo fue sensacional, pero luego la temporada se torció. Sergio, pese al descenso, encontró una buena salida. Todos veían que tenía clase”, remató.

En Sergio se aunaron dos cualidades vitales para un delantero: la escuela que aprendió en la Damm y en el Barcelona, así como la pillería de la calle. “Es un futbolista de barrio, además del Bon Pastor, con todo lo que eso supone. Lo supo aprovechar, porque él fuera del campo es tímido e introvertido, pero dentro no se cohíbe y tiene una confianza en sí mismo que la transmitió el primer día”, añadió Jofre. Una cualidad que Juan Luis Mora, ahora en la secretaría técnica del Levante y antes compañero suyo, define así: “Tenía mucho desparpajo”.

Pero de ese primer Sergio al que se vio después, sobre todo en su etapa del Espanyol, hay cambios sustanciales. Sobre todo en su comportamiento. “Recuerdo que lo cambié en el último partido y se dirigió a mí y me dijo algo. No le presté mucha atención, pero esas cosas… Con el tiempo, esas acciones ya las vas pensando mejor y además maduró”, explica Oltra, ahora sin equipo y colaborando en medios, quien también destaca una evolución en “el entendimiento del juego”. “Puede jugar en punta, por fuera, tiene uno contra uno… Y ha ido mejorando su juego, encontrando explicaciones a lo que ocurre en el campo… Está entre los mejores delanteros del fútbol español de los últimos 15 años”, confiesa.

Mora resalta que “Sergio vino joven, en su primera experiencia fuera de casa, y eso siempre genera dificultades. Lo acogimos bien, nos dimos cuenta de su calidad y tenía mucho gol”. Unas características que se fueron cumpliendo con el tiempo: “Recuerdo hablar con él la última vez que vino a Levante y me dijo que se iba a ir a Qatar. Esos dos años allí le pasaron factura la temporada anterior, siempre bajas algo el nivel. Cuando se fue, él era medio Espanyol”, valoró el que fuera meta perico también.

Aunque había debutado antes con el Barcelona, el 3 de septiembre de 2003, su primera campaña completa en Primera fue con el Levante. Un año que ya aventuró que estábamos ante uno de los mejores goleadores del futuro del fútbol español, como se comprobó poco después.

"Su cuerpo tiene inteligencia"

Una de las personas que mejor conoce el cuerpo de Sergio García es Toni Turmo, que fuera médico del Espanyol hasta 2017 y que ahora trabaja en China. El doctor comentó que “es un jugador que no debe hacer esfuerzos para cuidarse, ya que es algo que le sale de manera natural. Su cuerpo tiene una inteligencia especial para hacerlo, creo que es un asunto mental. Hay muchos jugadores de este tipo”, comentó Turmo.

Además, el doctor confirma que hubo un punto de inflexión en su carrera, cuando se empezó a “hacer los trabajos de detección de riesgos y de prevención de lesiones”. Aquello funcionó para que bajara su índice de lesionabilidad y pudiera ir de menos a más en su etapa en el Espanyol.

Una virtud que le ha ayudado a prolongar su carrera, como también le dio un espaldarazo el menor desgaste que sufrió en su aventura en Qatar. “Hay otros deportistas que tienen que hacer muchos esfuerzos por cuidarse, y preocuparse de ello”, comentó el médico del Espanyol. Sergio, un cuerpo inteligente que está predestinado a ser deportista de élite.