El Zaragoza arrolla en el Tartiere
Los de Idiákez abusan del Oviedo con un contundente 0-4. Álvaro Vázquez, Verdasca, James Igbekeme y el joven Alberto Soro, los goleadores.
El Zaragoza le quitó la pelota al Oviedo, le negó su sustento y, una vez con ella en su poder, hizo lo que quiso. La lección de los de Idiákez, apoyados en un descomunal Pombo, se saldó con un 0-3 que puso el Tartiere patas arriba. El Oviedo, atropellado y sin suerte en los metros finales, se vio desbordado por un Zaragoza que parece ir en serio en este inicio de campaña.
El equipo aragonés logró que su primera intención se hiciera realidad. Pombo se incrustó entre los dos puntas maños cuando el Oviedo tenía la pelota y el engranaje de Idiákez incomodó a los azules. El juego fue de los visitantes, con las ideas claras en defensa y en ataque. Marc Gual, Álvaro Vázquez y, especialmente, Pombo, fueron invisibles para la defensa carbayona.
Verdasca avisó a los 3 minutos con una volea que se fue arriba y Tejera le contestó con un zurdazo malicioso. Pero el campo ya se iba inclinando hacia la meta de Alfonso. El golpe de los visitantes a los 15’ sí fue efectivo. Ros controló, giró y calculó probabilidades, más allá de la línea divisoria. Nadie con una camiseta azul se situó en su radio de acción. Lanzó con la zurda en largo a Vázquez, que le ganó la carrera con facilidad a Carlos Hernández y batió a Alfonso con un sutil toque. El 0-1 reforzó al Zaragoza, que merodeó el segundo con un par de disparos de Marc Gual, muy activo.
El Oviedo reaccionó en el último tramo del primer acto con más orgullo que fútbol. Optó por la decisión más sabia: darle todos los balones a Saúl Berjón, su jugador franquicia. De un genial servicio del extremo llegó la mejor opción local, pero la definición de Bárcenas no tuvo premio.
Parecía que el Oviedo había salido con otra marcha en el segundo acto, pero el Zaragoza se encargó de parar pronto la rebelión. Verdasca, en un córner abierto, metió la bota con habilidad para batir a Alfonso y poner tierra de por medio. Los problemas a balón parado volvieron a aparecerse al Oviedo en este inicio de campeonato.
Con el 0-2 en el marcador, le quedó la heroica a los de Anquela, ya con toda la artillería en el campo y media hora aún por disputarse. Toché y Aarón entraron en escena y el Oviedo protagonizó sus mejores momentos de la tarde. En plena ebullición, el poste le negó a Folch el tanto. Fue el último intento de protesta. Como al final de la primera parte, el Oviedo había optado por inclinar el campo hacia la izquierda, donde Berjón fue el único local que ganó su duelo particular a su par zaragocista. Un centro del extremo sin rematador dio paso al cierre de fiesta maña.
Con los azules volcados, Pombo volvió a aparecer para servirle un balón franco al omnipresente James en el área. Recortó y batió con tranquilidad a Alfonso. El cuarto también llegó a la carrera. Esta vez fue Aguirre el que recibió de Pombo, cruzó con fuerza, Alfonso repelió y Soro, libre en el área pequeña cabeceó a la red.
El fútbol premió a un excelente Zaragoza, perfecto en todas las facetas. Incómodo sin la pelota y clarividente con ella. Los maños se asientan en la zona noble y dejan en el Tartiere una mochila de dudas.