El desconcierto de Jordi Alba: pidió a Luis Enrique como seleccionador
El presidente de la FEF Luis Rubiales sondeó a algunos pesos pesados de La Roja sobre sus candidatos para sustituir a Hierro tras el Mundial y el defensa dio el nombre del asturiano.
La verdad es que Jordi Alba tiene motivos más que sobrados para estar absolutamente desconcertado por su ninguneo en la primera lista confeccionada por el flamante seleccionador español, Luis Enrique.
Y es que según ha podido saber AS, el presidente de la RFEF, Luis Rubiales, sondeó a algunos pesos pesados de La Roja para conocer cuáles eran sus candidatos para sustituir a Fernando Hierro tras el Mundial. Rubiales quería conocer de primera mano las preferencias de algunos jugadores para poder realizar una valoración completa y pidió a los internacionales más veteranos que le dieran tres nombres de posibles candidatos para ocupar el banquillo de la selección. Pues bien, cuando le tocó el turno a Jordi Alba, el defensa blaugrana puso el nombre de Luis Enrique sobre la mesa entre la terna de entrenadores.
Este hecho pone aún más en evidencia la extrañeza de Alba cuando constató que su nombre no estaba entre los elegidos en la primera lista de Luis Enrique. De hecho, el propio jugador sigue sin entender muy bien las razones de su descarte, ya que si bien es verdad que no tenía un gran ‘feeling’ con Luis Enrique -la relación ciertamente se fue deteriorando en la última temporada del entrenador asturiano- tampoco había un hecho concreto o un suceso puntual que le invitara a pensar que Luis Enrique le arrinconaría a un lado.
La sorpresa inicial dio paso a la indignación. Lógica si cabe porque nadie duda de que Alba es el mejor lateral izquierdo del fútbol español. De ahí que la dedicatoria tras marcar el gol ante el Huesca -tapándose los ojos delante de las cámaras- tenía un claro componente reivindicativo, por mucho que Alba quisiera desviar la atención, asegurando que se trataba de una dedicatoria para su hijo -tal vez sí la parte final de la celebración cuando enviaba un beso a la cámara-. Pero está claro que la imagen de Alba tapándose los ojos con las manos -Pedro también realizó un día antes el mismo gesto- tenía un claro y único destinatario.