URUGUAY
Fabián Coito: “La diferencia entre Europa y Sudamérica es real”
Fabián Coito, seleccionador uruguayo interino, atiende a As para analizar el presente y futuro futbolístico del país y las diferencias entre Europa y Sudamérica.
La intervención de la FIFA a la Asociación Uruguaya de Fútbol ha dejado en duda la posible renovación del ‘Maestro’ Tabárez como seleccionador celeste. Mientras, de forma interina, Fabián Coito asume el rol de entrenador de la selección absoluta. Toda una institución en el fútbol de categorías inferiores de Uruguay que, ahora, da el salto a la mayor. Tiene muy claro por dónde pasa el futuro de su país en el escenario futbolísitico y lo explica con franqueza. Sabe que, después del Mundial, Sudamérica tiene mucho que aprender para hacer frente a Europa y así lo expresa en esta entrevista en As.
¿Cómo afronta este reto de dirigir a la selección absoluta uruguaya?
Es una muy linda experiencia, un lindo desafío. Tenía una planificación armada apuntando al Sudamericano Sub-20 de enero. Por lo tanto, esta situación no estaba contemplada. A mi trabajo en las inferiores no afecta, por eso armamos una semana de trabajo especial con la mayor. Intentamos que todo salga bien.
¿Puede ganar Uruguay la Copa América 2019?
Pienso que sí. Uruguay tiene una gran virtud a nivel de selección que es futbolistas de muy buen nivel jugando en clubes consagrados en el primer nivel de todo el mundo. Pero aparte de todo, por el proceso de tiempo de trabajo que tienen juntos y la poca variación de futbolistas y un cuerpo técnico estable, como fue hasta el Mundial de Rusia, tuvieron la capacidad de formar un equipo, con todo lo que ello significa: compromiso, solidaridad, conocimiento, confianza… Se daban cosas muy importantes. Eso sí, es muy complicado predecir porque el torneo se juega en un momento determinado y es necesario ver cómo llegan los futbolistas a ese momento. Pero, proyectando, yo creo que Uruguay está en buenas condiciones, los jugadores van a llegar a buen nivel… Hace imaginar, de no suceder cosas extraordinarias, que Uruguay va a tener muchas posibilidades de ganarla.
Hemos visto, en los últimos partidos de Eliminatorias y en el Mundial, que hay una nueva tendencia de juego en la selección, buscando más el balón y menos el físico. ¿Cree usted que ha cambiado futbolísticamente Uruguay en el último año?
Uruguay siempre ha tenido, y sigue teniendo, futbolistas excepcionales en ataque y en defensa. En el centro del campo, excepto casos muy extraños, no se han visto jugadores en equipos tan prestigiosos como ocurre ahora. Matías Vecino, Lucas Torreira, Rodrigo Bentancur, Gastón Pereiro, Giorgian de Arrascaeta… Todos ellos son titulares en equipos muy buenos, muy competitivos. Como todos sabemos, el nivel y el estilo de un equipo lo marcan sus futbolistas, más allá de que los entrenadores tenemos nuestra propia idea y la intentamos imponer, también nosotros nos adaptamos a lo que tenemos y sacamos el mejor provecho de cada uno. Ahora han aparecido este tipo de mediocampistas que, por nuestra cultura futbolista, es muy difícil formar jugadores en el centro del campo con esa característica. Muchos de ellos completaron su formación en el exterior y en países de gran cultura por el juego: Argentina, Italia, España… Eso les ha dado a ellos una formación muy buena y a la selección una gran cantidad de centrocampistas que un equipo que quiere hacer algo importante debe tener.
¿Cómo valora el papel de la selección en el Mundial?
Uruguay está entre las ocho mejores selecciones del mundo. Una vez que entrara en cuartos iba a depender mucho del rival y de las circunstancias del partido. Hizo una primera parte de torneo cómoda, ganó los tres partidos, consiguió un triunfo importante ante Portugal, un equipo muy duro, con grandes jugadores y también con ciertas pretensiones. Contra Francia le tocó caer ante el mejor equipo del torneo, el que posteriormente fue campeón. Todos teníamos esperanzas de ganar el partido, pero Francia fue superior. Eso no desmerece la actuación de Uruguay. Hizo un buen Mundial, quedó 5º del Mundo, hizo cosas importantes. La fortaleza de los equipos la dan sus jugadores y Uruguay tuvo la falta para ese partido de un hombre importante como es Cavani y no se pudo disimular fácilmente y se sintió. El Mundial en general de Uruguay fue muy bueno.
En el Mundial se vieron las diferencias que hay entre el fútbol europeo y el sudamericano. Usted que está dentro de una de las mejores selecciones de Sudamérica, ¿qué opina de esta diferencia?
Es real la diferencia. No me animo a decir qué es mejor, pero la diferencia de procedimientos, de juego es real. Hay estilos diferentes de juego. La zona sur de Sudamérica es la que mantiene más vigencia: Brasil, Argentina y Uruguay. Se basa mucho en la capacidad individual del futbolista, de su maniobra, de ese principio de juego que consiste en ganar el uno contra uno, la imprevisibilidad que el sudamericano lo tiene muy incorporado. Cuando las selecciones tienen jugadores que mantienen eso, se hace muy difícil para las europeas controlar a las sudamericanas. El fútbol tiende cada día a ser más colectivo, en lograr limitar la influencia de esos jugadores en las selecciones. Europa se manifiesta como ese fútbol, un fútbol más colectivo, y eso complica a los sudamericanos. El Mundial es la mayor expresión futbolística de ese momento y en este se ha reflejado precisamente eso. Los sudamericanos debemos ser más colectivos, más intensos, más duros y no sólo esperar el desequilibrio individual para poder ganar a Europa.
¿Se abusa en Sudamérica de la individualidad?
Es el estilo. De hecho, cuando el resultado deportivo se da, se endiosa a ese futbolista que se cree que es el encargado de solucionar las cosas y cuando no se da, apuntan todas las baterías hacia ese futbolista. Se trata el fútbol como si fuese individual. Es un poco el estilo, nuestras canchas, dónde se forman los futbolistas, lo temprano que se van… Es una tarea de todos todo este tema de ser más intensos, colectivos, mejorar a nivel táctico. Pero no sólo de los futbolistas, sino también de los entrenadores que, al fin y al cabo, somos los que formamos a los jugadores.
¿La diferencia en los centros de entrenamiento es también importante?
¡Por supuesto! A los futbolistas que nosotros captamos y que llevamos a un campo de fútbol muy bueno, ¿de dónde los reclutamos? De clubes que entrenan en condiciones lejos de lo que sería lo ideal. El futbolista se va formando en base a lo que convive, si la cancha no es buena, apenas se podrá proponer un juego de evolución, de tenencia. Cuando los traemos al complejo es muy complicado cambiar cosas que tienen adquiridas. Es un tema importantísimo, pero hay muchos más. Esas dificultades al jugador uruguayo le hacen sobreponerse a otras cosas que, por ejemplo, a un futbolista que se ha formado en condiciones más adecuadas no puede con tanta facilidad. Sudamérica tiene un estilo más lento, de buscar mucho más la maniobra, y con menos ritmo que el europeo.
Usted ha confiado en Federico Valverde en su convocatoria y le conoce bien de la Sub-20. ¿Cree que hizo bien fichando tan joven por el Real Madrid?
Fue un acierto porque, cómo hemos hablado antes, por nuestra cultura futbolística, los jugadores de mayor nivel son los que juegan en las zonas dónde se definen los partidos que son las áreas: delanteros, defensas y porteros. La pelota va de un área a otra casi sin circulación. Entonces, nuestros centrocampistas se forman de acuerdo a eso. El completar la formación en un fútbol en el que la evolución del juego es innegociable le obliga a él a adquirir cosas que en nuestro país no habría adquirido. Cuando estuve con él en el Mundial de Corea estaba muy contento por cómo estaban yendo las cosas, admirado por los futbolistas con los que compartía vestuario. Me parece que fue muy bueno al Real Madrid.
Se dice que Luis Suárez está pesado, que no ha empezado bien el año. ¿Usted cómo lo ve?
Personalmente pienso que no, puede ser una cuestión de momento, todo Uruguay lo considera un jugador de altísimo nivel. Mantenerse jugando en un club como el Barcelona… Sigue siendo el Luis Suárez que todos conocemos.
Maxi Gómez ha tenido mucho impacto en su primer año en España. ¿Qué condiciones cree que le han llevado a hacer esto?
Me parece que tiene una personalidad, un carácter muy fuerte. Vino del interior del país y manifestaba eso en cada partido que jugaba. Ese es su juego, de lucha permanente, de vulnerar al defensor. En Uruguay se dice que se juega como se vive y él demuestra eso dentro de la cancha. Se formó en un buen club en Uruguay como es Defensor, ha encontrado ahora en España un medio profesional como el Celta de Vigo para seguir ese crecimiento, está adaptado, feliz… Cuando lo vemos en la selección nos damos cuenta de lo que ha cambiado a nivel físico, en su juego. Esas cosas las tenía y había que despertarlas. Le ha venido perfecto jugar en el Celta. Acá se le ve como uno de los delanteros de futuro.
Siendo tan pocos, Uruguay siempre genera futbolistas muy buenos. ¿Cómo es eso posible?
Es increíble. Debe haber cosas que ni nosotros mismos lo sabemos. El que menos sabe cuál es el talento de cada uno es la propia persona. Acá pasa un poco lo mismo. Lo único que sabemos es que pasa una buena generación y otra y otra y todas tienen algo. Uruguay tiene esa pasión desde niño que parece que se transforma en una obligación de ser futbolista profesional. Todos lo intentan. Eso es bueno porque se vuelve muy competitivo.