Ni Bernabé pudo sostener a un Nàstic que no carbura

Nadie te asegura que en 18 remates marques un gol, pero evidentemente tus opciones de lograrlo son mucho más altas que si disparas solo 3 veces. Esto sucedió en los primeros 80 minutos del partido, en los que los visitantes dominaron sin efectividad. Tras el gol, y con 10 jugadores, el Nàstic resurgió y llegó a rematar al palo, pero la reacción llegó tarde.

La primera parte fue prácticamente un monólogo visitante. El Nàstic se acercó a la meta del Rayo Majadahonda en un par de ocasiones, pero sin generar ningún peligro. Todo lo contrario de su rival, que dominó el centro del campo superando una y otra vez las líneas granas para llegar con facilidad al área. Pero, allí donde se deciden los partidos, dejó escapar su oportunidad el Rayo Maladahonda. Se equivocaron sus futbolistas en alguna acción, pero Bernabé fue quien sostuvo al Nàstic. Dos paradas superada la media hora de partido salvaron a su equipo. La colaboración de Josua fue inestimable para poder llegar al descanso con el marcador inicial.

Gordillo trató de paliar las carencias de la primera parte dando entrada a Fali, colocándole primero de central y luego de mediocentro, suspirando por un poco más de control en el centro del campo. Aún sin noticias de Coris y Tete Morente, que prácticamente no intervinieron en el partido, la producción ofensiva de los grana siguió siendo nula. Pero la puntería del Rayo Majadahonda tampoco era la mejor y, pese a seguir dominando el juego y generando mucho, apretó poco.

La expulsión de Cadamuro, tras una jugada de Tete en la que los grana pidieron penalti, acentuó la dinámica del choque y el gol acabó cayendo por su propio peso. Tras otra buena jugada de Jeisson, Schiappacasse entró con todo en el segundo palo para marcar el primer tanto del partido. Y a partir de ahí, los mejores minutos del Nàstic. Fali disparó al palo y Barreiro pidió penalti, pero fue Bernabé, otra vez, quien evitó el segundo tanto visitante.