La caída de un niño, el detonante para el cierre de Vallecas
César, de 4 años, se precipitó "entre metro y metro y medio". "De pronto miré y había desaparecido", recordó su padre en conversación con As.
La Comunidad de Madrid ha decidido cerrar el Estadio de Vallecas y LaLiga, como consecuencia, aplazar el Rayo-Athletic, cuya disputa estaba prevista para el próximo sábado. Así se ha decidido tras la celebración de una reunión de urgencia por la seguridad en el estadio, en la que han estado presentes el Gobierno, la patronal y el club. El Rayo, por ahora, no podrá jugar en casa.
El detonante para esta medida fue la mala experiencia de la primera jornada, en la que el Rayo recibió al Sevilla. Este encuentro fue el primero en el Estadio de Vallecas después de las obras de remodelación acometidas durante el verano. El arranque liguero supuso un parón en unos trabajos que todavía tendrán que continuar (se han prorrogado hasta mediados de octubre) y cuyo fin último es la adecuación a la ITE. La Comunidad de Madrid, propietaria del estadio, ha invertido más de 1,2 millones de euros en unas obras que está realizando la empresa Fonsan.
En el duelo con el Sevilla, a medida que los aficionados fueron entrando en el estadio para el estreno de su equipo en la vuelta a LaLiga Santander comenzaron a detectar diferentes anomalías y a denunciarlas a través de las redes sociales. El caso más preocupante tuvo como protagonista a un pequeño abonado de 4 años, César Collado. El niño acudió al partido junto a su padre, Darío y, al término del choque, se apoyó en una barandilla (ubicada en el Fondo, casi en la zona del córner) y se precipitó por un agujero. "De pronto miré y César había desaparecido", recordó su padre, todavía asustado, a As el pasado 21 de agosto. El crío salió ileso, pero su preocupante accidente ha servido para evitar futuros.
Después de comprobar el estado del pequeño, aún aturdido y dolorido en el pie y el codo tras haber caído "un metro o metro y medio", Darío decidió contar en Twitter todo lo ocurrido y adjuntar una foto del lugar al que se había desplomado, una zona con ladrillos, cartones y sobrantes de obra. Además del apoyo y la solidaridad del resto de los aficionados, su historia corrió como la pólvora y despertó el interés de los medios. "Al día siguiente hice lo que haría mi madre. Fui al club a comunicar lo ocurrido y a pedir una hoja de reclamaciones. Me atendió una secretaria muy amable y quedó en ponerlo en conocimiento de la entidad, pero no me pudieron dar una hoja de reclamaciones porque no tenían. Sé que tras el partido alguien la puso en el estadio porque nos comentaron que eso lo lleva Seguridad", explicaba.
Su historia llegó a oídos de Javier Orcaray, director general de juventud y deporte de la Comunidad, quien se puso en contacto con Darío para interesarse por la salud del pequeño y manifestarle que ya se trabajaba para subsanar los fallos. "Este mismo martes por la mañana Orcaray se personó en Vallecas no sólo para ver el hueco por el que se cayó mi hijo, sino también algunas de las zonas como baños, salidas de escaleras, andamios o la tribuna lateral alta, que se movía. Están hablando con la empresa y el Rayo para intentar que todo esté acondicionado de cara al próximo duelo. Todos entendemos la incomodidad que supone una obra, pero siempre que se cumplan unos requisitos mínimos de seguridad", argumentaba este padre.
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