Apenas jugó diez minutos, pero dejó destellos. Javi Puado se estrenó en Primera División ante el Celta (hacía 573 días que no debutaba un canterano), y confirmó lo que ha ido demostrando en la pretemporada. El jugador reconoce que fue "especial" y un "sueño", y que al final su único propósito era "ayuda al equipo". El delantero espera que sea el comienzo de una gran carrera. "Debuté, pero el trabajo no está hecho. Es el principio de mi carrera, espero que sea larga, hay mucha exigencia y sigo trabajando fuerte y sigo aportando al equipo lo máximo", argumentó. Criado en Sant Adrià, Puado se acordó de todas aquellas personas que le han ayudado en estos años de formación. "Estoy agradecido a todos, a los que estuvieron a mi lado, que me apoyaron siempre. No es que me deje a nadie, pero pienso más en la familia y amigos. Estoy muy feliz, son parte de mí", dijo, mientras comentó al mismo tiempo que su sueño es triunfar aquí en el Espanyol: "Aún es pronto para hablar de triunfar, claro que me gustaría triunfar, pero voy poco a poco. Ya se verá como va la temporada". Desde el primer día, y basándose en los informes de la dirección deportiva, Rubi mimó al delantero, capaz de jugar en distintas posiciones y con una facilidad innata para ver los espacios en ataque. El técnico tiene claro el mensaje. "Me dice que sea yo mismo, que ayude al equipo, al final todo tenemos que hacer nuestro trabajo . En este caso, goles y asistencias, o regatear como sea", explica. En Vigo, el Espanyol se adelantó en el marcador pero finalmente se llevó un punto. Puado destaca que la mentalidad del equipo es la de ganar siempre. "Era una buena oportunidad para empezar con las tres puntos, fuimos de menos a más. No nos confirmamos con el empate, queremos ganar. Esperemos que este fin de semana se pueda ganar. Sabemos todos los equipos son muy buenos, pero ahora solo pensamos en el Valencia", concluyó.