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REAL ZARAGOZA

El hincha infiltrado y un Panda en La Romareda

Zapater, lesionado, recibió al autobús de su equipo como un aficionado más, mientras que Borja Iglesias, al igual que Oyarzun, vio el estreno liguero del Zaragoza en el estadio.

Borja Iglesias, en La Romareda viendo el estreno liguero del Zaragoza.
ALFONSO REYESDIARIO AS

Ni la decepción que supuso el triste final de la pasada campaña ni el hecho de que se tratara de la primera jornada, a mediados de agosto, han impedido que la gran comunión entre equipo y afición continúe más fuerte que nunca y una prueba de ello son los casi 25.000 abonados con los que ya cuenta el Real Zaragoza.

Como ya era tradición al final del curso pasado, la afición quiso recibir al autobús del equipo. Y entre el millar de seguidores que formaron ese pasillo mágico, una cara conocida. Zapater, que era baja al estar lesionado, no dudó en acudir al recibimiento de sus compañeros junto a su familia. Fue la imagen de un capitán que se convirtió en un aficionado más, la imagen de un hincha infiltrado.

Ya en el interior de La Romareda esa comunión prosiguió y también se dejaron ver algunas caras conocidas. Oyarzun, ahora en el Numancia, y Borja Iglesias, en el Espanyol, no quisieron perderse el estreno liguero de la que sigue siendo su familia. De hecho, el Panda no ha dudado en hacerse abonado del Real Zaragoza esta temporada y fue ovacionado por una afición de la que ya forma parte: "Muchísimas gracias por el recibimiento tan caluroso que me disteis ayer en La Romareda. Un placer visitaros de nuevo", ha señalado el propio delantero a través de su cuenta de Twitter.

También por medio de las redes sociales, Ángel Martínez, ahora en el Asteras Trípolis griego, quiso mandar su apoyo desde la lejanía unas horas antes del comienzo del encuentro: "Hoy empieza una nueva temporada para el Real Zaragoza y quiero desearos mucha suerte y que se cumplan los retos. Os seguiré desde la distancia". Muchos aficionados e incluso el club aragonés agradecieron su apoyo con sus mensajes. La comunión entre afición y equipo continúa, incluso con aquellos jugadores que ya no están en la plantilla, pero que sí forman parte de ese sentimiento llamado zaragocismo .