El hincha infiltrado y un Panda en La Romareda
Zapater, lesionado, recibió al autobús de su equipo como un aficionado más, mientras que Borja Iglesias, al igual que Oyarzun, vio el estreno liguero del Zaragoza en el estadio.
Ni la decepción que supuso el triste final de la pasada campaña ni el hecho de que se tratara de la primera jornada, a mediados de agosto, han impedido que la gran comunión entre equipo y afición continúe más fuerte que nunca y una prueba de ello son los casi 25.000 abonados con los que ya cuenta el Real Zaragoza.
Como ya era tradición al final del curso pasado, la afición quiso recibir al autobús del equipo. Y entre el millar de seguidores que formaron ese pasillo mágico, una cara conocida. Zapater, que era baja al estar lesionado, no dudó en acudir al recibimiento de sus compañeros junto a su familia. Fue la imagen de un capitán que se convirtió en un aficionado más, la imagen de un hincha infiltrado.