El fútbol televisado en España tendrá la fiesta en paz
La adjudicación de derechos a Telefónica por Mediapro y LaLiga, escenificada en AS, garantiza la estabilidad del fútbol español.
Fútbol y televisión han iniciado un largo y casi insólito tiempo de paz después de un prolongado periodo de conflictos resueltos en la mayoría de los casos en la tanda de penaltis. Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional; Emilio Gayo, presidente de Telefónica España, y Jaume Roures, presidente de Mediapro, escenificaron en AS los acuerdos alcanzados para la retransmisión de los partidos de Champions League y Europa League en el trienio 2018-2021 y de LaLiga en el trienio 2019-2022, gran parte de los cuales también fueron adquiridos, en concurso, por la operadora de telefonía. En junio de 2017 la UEFA adjudicó los derechos de las tres próximas temporadas de las competiciones europeas a Mediapro. Aquello sucedió un año antes de que concluyera el último contrato. Y a finales del pasado mes de junio Telefónica recompró esos derechos por 1.080 millones de euros (a razón de 360 por campaña) para el mercado residencial. El acuerdo llegó después de un proceso de subasta y posterior negociación. De hecho, en febrero, con Gayo recién nombrado en el cargo, Telefónica sugirió la posibilidad de renunciar a los derechos de las competiciones europeas en los próximos tres cursos. “Es un proceso que no ha sido sencillo y en el que había que hacer convivir los diferentes intereses, pero al final hemos encontrado una opción beneficiosa”, reconoció Gayo. “Hemos consolidado nuestra apuesta por el fútbol, un contenido muy apreciado por los clientes. Ahora se abre un periodo de estabilidad y crecimiento en el modelo de televisión de pago”.
Telefónica, a través de sus canales, ofrecerá todos los encuentros de la Champions League en los próximos tres años y también los de la Europa League excepto uno, que será emitido en abierto por Gol. Telefónica tendrá la primera elección en la segunda competición europea. Mediapro se reservó los derechos para los establecimientos públicos (bares, hoteles…), que en España se cifran en cerca de 200.000. Vodafone ha renunciado a adquirir estos derechos, mientras que Orange sí se los ha recomprado a Telefónica, que está obligada a ponerlos a disposición de sus competidores, según establece la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
Semanas antes de adjudicarse los derechos de las competiciones europeas, Telefónica había adquirido en subasta abierta los dos lotes más jugosos del concurso abierto por LaLiga para los derechos de la competición nacional por tres años y a partir de 2019 (al contrato actual aún le queda un año de vigencia): un partido en exclusiva, conocido como el partidazo, y ocho más por jornada, más los seis encuentros de la fase de ascenso a Primera División, estos de forma no exclusiva. Mediapro, por su parte, se quedó con todos los partidos de Primera y Segunda de pago para su difusión en establecimientos públicos. La Liga aún tiene pendiente de adjudicar un partido en abierto por jornada, la Copa del Rey y la Segunda División. Telefónica pagará por su paquete 2.940 millones de euros y tendrá que hacerse cargo de la producción de los encuentros. Mediapro abonará 481 millones. Y la LaLiga recibirá 3.421, un 15% más que en el trienio anterior.
El partido en abierto es una de las obligaciones que impone el catálogo de eventos de interés general, en estado de hibernación desde 2010. Dependiente de la vicepresidencia del Gobierno, habita en un limbo legal que sólo obliga a la retransmisión en abierto de ese partido liguero cada semana, de las semifinales de Copa del Rey y de los partidos que dispute la Selección española.
Gayo señaló que “la penetración de la televisión de pago en España es todavía baja y hay una clara posibilidad de crecimiento en ese sentido. “Habrá que preguntarse por qué esa penetración es más alta en países como Portugal”, sugirió Tebas. Y Roures concluyó que “en los inicios se penalizó mucho la televisión por cable”.
Se calcula que el mundo del fútbol mueve en las competiciones de élite alrededor de 15.000 millones y Tebas teme que el crecimiento de las competiciones continentales e intercontinentales (parece que se desvanece la idea de un nuevo Mundial de Clubes que podría proporcionar 180 millones a cada uno de los participantes) acabe por devaluar las ligas locales: “Corremos el peligro de que el Real Decreto que establece el nuevo reparto en la Liga se quede desfasado y volvamos a las enormes diferencias que existieron en el pasado”.
Gayo entiende que para Telefónica “disponer de las competiciones nacionales y europeas le da una continuidad al producto. Y eso nos ofrece mejores perspectivas de audiencias. Hemos hecho una gran apuesta por el fútbol, y por otros deportes, para poder ofrecer algo único a nuestros clientes”.