Los penaltis ponen a Las Palmas en la final del Carranza y le espera el Betis
El equipo grancanario se clasifica para la Gran Final del LXIV Trofeo Ramón de Carranza en los penaltis. Rubén Castro marcó el 0-1 y Salvi el 1-1.
Después de pregones y demás actos, echó a rodar la pelota en el Ramón de Carranza con el primer partido. La semifinal. Cádiz y Las Palmas, dos equipos de LaLiga 1|2|3, se vieron las caras para luchar por estar el sábado discutiendo el Trofeo al Betis. Los gaditanos, deseosos por demostrar lo mejor de ellos ante su afición, mientras que los canarios llegaron con el cuchillo entre los dientes para defender título.
Sobre el césped, la apuesta de Las Palmas era clara pero aparentemente no eficaz. Sacar el balón jugado desde el portero era una idea que se diluía al llegar al centro del campo y encontrarse con un Cádiz sólido, sin prisas para salir al contragolpe. Salvo un remate de cabeza de Rubén Castro que se fue por encima del larguero, el conjunto canario no terminaba de crear peligro. Al menos esta primera parte.
Por su parte, el cuadro que dirige Cervera fue fiel a su estilo, aprovechando su oportunidad aunque con jugadores como José Mari, Álex y Aketxe demostró un buen trato del esférico. Según pasaban los minutos, el Cádiz se desprendía del dominio visitante y tuvo ocasiones claras de gol. Mario Barco tuvo las ocasiones más claras, llegando a mandar una volea al palo.
Muchos acercamientos de los amarillos, también en el inicio de la primera mitad. Perdonando de cara a portería, algo que no hizo Rubén Castro en el 56, cuando enviaba al fondo de la red, con un buen testarazo, un buen centro de Fidel desde la banda derecha. Este gol le dio a Las Palmas un momento de posesión para respirar ante las acometidas de los amarillos, que volverían con los cambios.
Cuando todo parecía indicar que Las Palmas estaría en la final apareció Salvi, ya en el tiempo de descuento. El sanluqueño, que entró al campo en la segunda parte bajo cánticos de "¡Salvi, quédate!" recibió de Mario Barco en la frontal del área para, sin pensárselo, enviar el balón a la escuadra. Imposible para Raúl Fernández. La semifinal se iba a los penaltis.
Ya en la lotería de la tanda de penaltis, curiosamente donde se inventó esta manera de decidir los partidos empatados, Rober Correa, Perea y Salvi fallaron para el Cádiz, no fallando Lemos, Rivera y Ruiz de Galarreta para dar el pase a Las Palmas a la Gran Final, donde se enfrentará al Real Betis Balompié por el título.
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