El mejor Villarreal aparece en Bremen a una semana del inicio

Venía el Villarreal dejando detalles en la pretemporada, pero no llegaba a cerrar una actuación completa. Uno de esos partidos que ilusionarán de verdad, que convencieran a todo el mundo. Muchos empates y recibiendo goles en cada encuentro y, muchas pruebas, no dejaban que el equipo fuera redondo.

Pero eso acabó ayer en Bremen, donde el equipo de Calleja jugó su mejor partido de pretemporada justo en el mejor momento, a una semana de comenzar. Se vio un Villarreal que tiene dos bichos arriba, con Moreno y Ekambi. Una pareja que pelea, que tiene calidad y, lo más importante, que se entiende. Ekambi marcó dos goles, pero pudo hacer más. Es peligroso y no se complica, lo que le hace ser decisivo. Moreno por su parte es vital para este equipo, no marcó, pero los volvió locos. Las pelea todas y de donde no hay saca petróleo, es el referente, asistió y, tuvo las suyas.

La primera parte giró una vez más en los pies de Fornals, indiscutible por su trabajo y su visión de juego. Bien escoltado por Layún, que se perfila como el comodín perfecto para Calleja. Juega en derecha e izquierda, arriba o abajo, a lo que suma la brega y la profundidad. Puede que el único lunar fuera el gol que abrió el marcador, en un error en la salida de Ruiz, que permitió que ellos se adelantaran con un buen gol de Kruse. Era mejor el Villarreal hasta ese momento y lo siguió siendo, fallando goles en los pies de Castillejo, Ekambi o Gerard, que no pudieron igualar.

Pero estaba claro a a ese ritmo el gol llegaría, como lo hizo en la segunda parte. Salió Cazorla, que se unió a la fiesta, apareciendo y llegando con peligro. Y así llegó el empate, con un buen pase de Fornals y una mejor definición de Ekambi. En solo tres minutos el empate, para ir ganando ya al cuarto de hora, gracias a una gran jugada de Gerard Moreno. Robó, entró en el área y ante el portero asistió a Ekambi, que a puerta vacía marcaba. Un gol que se esperaba, certificando que el Villarreal era mejor que su rival. Lo curioso es que tras varias contras para el tercero, llegó en empate a falta de solo dos minutos. Un centro de Pizarro era tocado de cabeza por Osako, que ponía un empate muy injusto. Pero en la siguiente jugada, una combinación coral de todo el frente de ataque, era aprovechada por Morlanes para hacer justicia. Al final un buen Villarreal, con buenos detalles colectivos e individuales, al que solo le falta cerrar su portería.