La segunda unidad del Athletic se queda sin gol en Alemania
Acabó seco por primera vez esta pretemporada en los dos partidos inaugurales del triangular Opel Cup. Ganó una tanta de penaltis perfecta a la Fiorentina y Ganea falló en otra ante el Mainz.


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Al noveno penalti, el Athletic falló. Todo un récord en estos tiempos post-Larrazabal en los que tanto le está costando encontrar fiabilidad desde el punto fatídico. Fue Ganea. Porque el equipo rojiblanco se vio abocado a dos tantas tras cerrar los partidos inaugurales del triangular Opel Cup de Maguncia seco de goles por primera vez en pretemporada. Los lanzamientos ante el Fiorentina fueron un catálogo de perfección. Beñat, Balenziaga, Iturraspe, San José y Sabin dispararon de forma perfecta, sin opción para el portero Dragowski, con engaños o colocando muy bien el balón lejos de su alcance. Todo un descubrimiento por parte de muchos de ellos, inhabituales en un trabajo que suele corresponder a Aduriz últimamente pero que ha cambiado de lanzadores continuamente hace no mucho. Herrerín también lo tuvo complicado pero sí adivinó un tiro flojito abajo del checo Graiciar. Y en el siguiente envite, Beñat e Iturraspe se dieron el gustazo de repetir y lo hicieron con tal confianza que Ander hasta embocó por el medio de la portería, casi a lo Panenka. Williams también lo bordó y cuando parecía otro lote impecable, Ganea apuró mucho el tiro y el cuero se marchó a la izquierda del meta Müller, junto al poste.
Meter a dos equipos a la una en un horno como el Opel Arena no tiene nombre. De aquí la huelga goleadora. Se para a mitad de período para refrescar pero no hay quien lo soporte. Y encima el Athletic vino de madrugada en vuelo desde Biarritz tras jugar en Irun. Al menos el torneo sirvió a los leones para practicar desde el punto de penalti. Y para rodar un poco más a Raúl García, al que le crecen los minutos lógicamente. Sin Muniain, formó de mediapunta y a veces echado a la derecha, y aunque estuvo voluntarioso, se le nota aún falto de ritmo. En realidad los dos equipos alineados por Berizzo en Alemania (la tierra del laboratorio del argentino este año con tanto amistoso allí) no llegan al nivel del que ganó ayer la Euskal Herria Txapela, pero se puede decir que no desentonaron: bien en defensa, sin conceder ocasiones, e insulso en ataque. El balón iba pesado, la sala de máquinas no construyó a la velocidad del derbi ante la Real y las ocasiones de gol se limitaron al balón parado: dos faltas directas esquinadas lanzadas por Beñat (en una entraba como de costumbre Rico), un córner del exbético para San José en el segundo partido y algún disparito inocente como uno de Córdoba.
Ante el Fiore (se supone que muy afilado por si entraba en liza en Europa por la sanción al Milán que finalmente fue anulada), Berizzo puso un equipo completamente distinto al de Irun. Normal. Los meritorios, los que se tienen que ganar las habichuelas. De nuevo con 90 minutos para unos cuantos. Yeray y San José formaron en el eje de la zaga. Las comparaciones son odiosas pero es lo que procede con partidos tan montados en el tiempo. Núñez y Nolaskoain ante la Real sobresalieron de forma notable y los dos de Maguncia no dieron el cante pero aún les faltan kilómetros y competición. El equipo de Pioli no da un patadón; saca muy bien el juego tocado desde atrás y la asfixia rojiblanca no tuvo la efectividad del Stadium Gal. Benassi burló la presión alta y estuvo a punto de hacer gol. Las ocasiones eran contadas, faltaba profundidad por ambos bandos, aunque Graiciar se internó en el área fácilmente y mandó un balón al palo izquierdo de Herrerín. Rico, Iturraspe y Beñat resumieron los males del año pasado con Ziganda: juego plano, sin pasión, con la pelota mucho más fría que cuando le rozan lo Unai López-Dani García-Muniain. Guruzeta en la banda diestra esta vez pasó desapercibido y apenas hubo 'alimento' para Sabin en el nueve.
En el segundo compromiso, el Toto puso a Lekue de interior derecho, Raúl de inicio y Remiro en la portería. La banda diestra cobró algo de vida con Iñigo, más predispuesto a sudar que acertado. Luego Sancet cogió ese rincón del seco campo del Mainz y situó a aquel en el lateral, para dar descanso a Capa. Williams sí jugó unos minutos, de nueve, tras su buen partido ante la Real y Ganea tomó el relevo de Sabin en la reestructuración rojiblanca. El partido fue cayendo de forma notable, sin que el Mainz aprovechase el hecho de medirse a muchos jugadores con 45 minutos más en las piernas. El físico de alguno de sus hombres es portentoso y se limitó a tratar de cazar algún balón aéreo en estrategia. Quaison puso en aprietos con su velocidad a un cansado San José (el técnico le está probando de central y actuó en los dos perfiles en el centro de la retaguardia, pero solo por la ausencia de Iñigo, luego volverá a adelantarse) y Holtmann desbordó en un par de ocasiones a Capa. Las ocasiones eran escasísimas y solo si alguien se saltaba el guion parecía haber interés, como en una cabalgada de Yeray que se incorporó al ataque y provocó desconcierto. El torneíto de marras se las trae: tres partidos y tres empates a cero (Fiorentina y Mainz no podían ser menos y también se quedaron secos). Lo ganaron los trasalpinos para cerrar el galimatías y la Opel Cup fue para ellos por el mayor número de lanzamientos a puerta contabiliados. Al menos, hubo un poco de circo con las tandas de penalti.





